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Hijos libres en un mundo cautivo

DÍA 2 DE 10

DÍA 2: BABILONIA SEDUCTORA

Babilonia existe desde Noé, ahí se habla de esta nación; el fundador fue Nimrod, hijo de Cus. Nimrod fue el primer poderoso en la tierra y de ahí nació Nínive (Génesis 10: 8 – 12). Fue el gobernante de Babel y de ahí nacieron los imperios paganos que rodeaban a Israel y conquistaban muchas ciudades más. En comentarios del historiador D.J. WISEMAN, se habla de una conexión con la torre de Babel (Génesis 11:9), la Biblia lo aclara totalmente. Para los judíos, ´Babel ‘significa: trastornado. Pero para los Babilonios, significa ´puerta del dios´. Así como en aquella ocasión con la torre de Babel, estos hombres continuaron sus pretenciosas intenciones de conquistar todo y hacer un gobierno totalitarista en el mundo. Este es el origen de Babilonia, y es por ello por lo que, sin importar nada, ellos conquistaban ciudades, asesinaban personas y se entregaban a sus pasiones. 

Uno de los dioses babilonios es Baal; a quien adaptaron por enseñanza de otras naciones y por herencia de los ´caldeos´. Estos pertenecen a todo el grupo de naciones paganas que Dios aborrecía, y quienes también eran de los hombres de más ciencia y astrología en la antigüedad. Otro de los dioses era Marduk, este exigía un sacrificio de niños recién nacidos, así como alimentos y personas de otras tierras conquistadas. Las calles de Babilonia estaban llenas de estas imágenes y sus templos destinados a adorarlos, estaban conformados por sacerdotes ancianos, quienes drogaban a mujeres vírgenes del reino y las usaban como oráculos. El Historiador A. Hoffner dijo que este ritual siempre se hacía antes de las guerras. 

Dios rechazaba totalmente estos cultos contra la misma Babilonia (Isaías 14:22). Porque su pecado era demasiado escandaloso y había corrompido a muchas naciones, entonces iba a ser destruida (Jeremías 51:11). 

Babilonia tenía más de 1052 dioses, todos ellos exaltados con cada cualidad de la persona y las riquezas de la naturaleza, dioses que exigían sacrificios que convenían a los hombres y exaltaban los placeres de la carne. Esto era lo más peligroso de Babilonia, su seducción a la carne, porque atrapaba a los jóvenes con todo lo que ofrecía (Daniel 1:5 – 6). Nabucodonosor no torturó a los judíos, sino que les ofreció placer y comodidad. 

Este sistema es un insulto a la santidad de Dios. La sexualidad en los jóvenes siempre incentivada por discotecas, por películas donde se exhiben mujeres semidesnudas. No solo esto, sino que hay grupos de personas induciendo este sistema a la aprobación de acciones depravadas. Hay violaciones, maltratos a las mujeres y niños. Este mundo ha perdido toda sensibilidad (Romanos 1: 23 – 25), porque somos malos. El pecado no nos tortura, sino que es la carnada de Satanás; aprovechando nuestra debilidad, nos ofrece el delicioso pecado y va poniendo cadenas en ti, tan pesadas que tarde o temprano se manifiestan en dolor y muerte (Santiago 1: 15 – 16). El placer de la carne es la mejor aliada de Satanás, y el mundo su arma.

De todo lo explicado, aún en nosotros hay esta influencia maligna. La masturbación en los jóvenes, hasta recomendada por la psicología. La pornografía, la convivencia, y el libertinaje sexual tan normal en jóvenes cristianos. Sin respeto por el matrimonio. Los videojuegos, las vanidades y el espectáculo. El mundo ha contagiado y está prevaricando a la Iglesia de Cristo. El espíritu está siendo blasfemado (1 Pedro 4:3). Cegados por nuestra avaricia y humanidad.

¿Cómo podemos pensar en reflejar a Cristo si pasamos más tiempo coqueteando con el pecado, en lugar de orar y buscar a Dios? Sin embargo, en Cristo hay perdón. 

Quiero hacerte unas preguntas: ¿Has caído en alguno de los placeres ofrecidos por Satanás? ¿Te has dejado seducir por los ofrecimientos del enemigo? 

Ahora una pregunta más, y de esto depende mucho de lo compartido: ¿Perdiste algo en ti, o fuera de ti por seguir en aquel pecado? ¿Consideras que valió la pena? 

Quiero que recuerdes algo, no hay lugar tan bajo de donde Cristo no nos pueda rescatar, ni lugar tan alto en que Cristo no pueda alcanzarnos, no hay nadie tan sucio que Él no pueda lavar. Su amor es tan ancho, que ni todos los pecados y vicios en los que te encuentres atado pueden alejarte de Él, así que, déjate llevar por su misericordia hasta que encuentres el perdón; y que cambie ese cautiverio de placeres que te destruyen, por libertad y el placer de la sana consciencia. Él nos mira cuando nadie más nos presta atención, y nos busca cuando nadie ha tocado la puerta de nuestra casa, solamente Él puede alcanzar a los perdidos. Tienes que saber que, sin importar nada, eres un hijo muy amado de Dios (Romanos 8: 38 – 39). 

Ya sabiendo esto, ahí donde estás, confiesa todos y cada uno de tus pecados. Solamente sé sincero con Dios, deja que Él te sane, perdone, restaure y renueve con su amor. Y recibe ese perdón, perdonándote tú también. 

¡Eres un hijo de Dios, muy amado! ¡Dios te bendiga!

Abrahan Gonzáles

Discipuladores21 

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Acerca de este Plan

Hijos libres en un mundo cautivo

¿Alguna vez has sentido que tus creencias y estilo de vida no encajan en el lugar dónde estás? ¿Has sentido presión de ir contra tus principios cristianos? En este devocional, estudiaremos el libro de Daniel cap. 1 y aprenderemos cómo Daniel pudo mantenerse firme como un hijo libre en un mundo cautivo. ¡Bienvenido!

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Nos gustaría agradecer a DISCIPULADORES21 por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://perunororiente.com/conoceajesus/