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Palabras Cuidadas

DÍA 5 DE 7

  

Día 5 - Ser auténtico no significa dejar de ser prudente

Autenticidad.

Confrontación.

Prudencia.

Tres conceptos. Cuando los combinas, te encuentras con el mejor de los platos. En las relaciones más saludables, pueden estar los tres presentes. 

Pero también hay momentos donde la exclusión de alguno de estos ingredientes puede librarte de una mala experiencia; será lo más saludable, en determinadas ocasiones, evitar la confrontación, por ejemplo. 

Y separados por completo, generan feos sabores. 

Pero para no hacer complicada la explicación, avancemos con el primer ingrediente. 

Celebro la autenticidad. Y, por otro lado, cada vez más, me fastidia el mundo de las apariencias y las segundas intenciones. Es atractivo estar al lado de gente que es transparente y que no juzga mi transparencia. ¡Qué ridículos podemos ser los seres humanos cuando intentamos mostrar lo que no somos, sea esto tanto en el mundo material como en el mundo espiritual! Las apariencias atan. La autenticidad libera. Básicamente, la autenticidad tiene un punto de partida en el coraje de tomar un tiempo a solas para conocerte, y allí pedirle a Dios que te vaya mostrando lo que eres. 

Por lo cual, es ineludible atreverse al autoconocimiento. A partir de allí, te pasarás toda una vida tratando de hacer ajustes y convertirte en alguien mejor. Vendrán nuevos diagnósticos y renovados ajustes. Algunas personas, con sus sabias intervenciones, podrán acompañarte a veces en este proceso. Pero, pero, pero, siempre estarás transitando senderos donde aparezcan tus imperfecciones. Aun así, en el marco de una constante imperfección, ¡cuánta libertad te brinda, luego de saber quién eres, vincularte con los demás sin simulaciones o actuaciones! ¡Esto es lo que hay, esto es lo que soy!

En el contexto de la autenticidad, celebro también las relaciones en donde se puede confrontar. El arte de la buena confrontación se desarrolla cuando encontramos algo que no está bien, o que nos duele en un vínculo, y hallamos un modo edificante para plantearlo. Cuando confrontas desde la salud, lo haces porque consideras que la relación tiene posibilidades de crecer. En el combo está presente la esperanza. Confrontar desde la autenticidad te aleja del mundo de la hipocresía. No dices “Sí” cuando en el fondo de tu corazón hay un “No”. No dices “Está todo bien”, cuando no está todo bien. Confrontar y compromiso con el otro vienen de la mano. 

Ahora bien, llegamos al tercer elemento: la prudencia. En mi combinación de sabores, hay momentos donde la prudencia puede entremezclarse con la autenticidad, pero dejando fuera la confrontación. Esto quiere decir que se puede ser auténtico sin llegar a confrontar. 

Dejar de ser auténtico implicaría mostrar algo que no eres. Pero la autenticidad no implica mostrar en toda ocasión todo lo que eres, o todo lo que piensas. A mi entender, esto se aplica a las siguientes situaciones (mencionaré sólo alguna de las situaciones posibles): 

- Cuando ya comprobaste que no hay un espíritu receptivo en el otro para la confrontación

- Cuando el otro es un necio que se autoproclama el gran maestro de la humanidad (un Wikipedia de carne y hueso)

- Cuando el otro cree que es receptivo, pero insiste en una interpretación de los hechos que es bastante distorsionada, no sólo desde tu perspectiva, sino del entorno que les rodea

- Cuando aquella persona que sería el blanco de tu confrontación ya está en una edad donde no tiene oportunidad para revertir lo que hizo o no hizo, y sólo estarías desplegando una catarsis para lastimar sin ningún sentido

- Cuando el otro en este momento está tan vulnerable en ese momento que la confrontación sólo le provocaría nuevas heridas

- Cuando el tema en cuestión es irrelevante.

En conclusión, sé siempre auténtico. Pero también sé prudente. Consideremos que quizá a lo largo de nuestra vida, otros nos han tenido paciencia o han sido prudentes con nosotros. Ser auténticos no tendría que darnos el permiso para lastimar gratuitamente a los demás. Ser auténticos no tiene por qué llevarnos a meternos en discusiones estériles. ¿Quedó claro? En el marco de la autenticidad, confrontemos cuando sea necesario (no seamos hipócritas o temerosos), y seamos prudentes callando cuando la situación lo amerite. ¡Que tengas una vida cada vez más prudente!

Dr. Gustavo Bedrossian


Día 4Día 6

Acerca de este Plan

Palabras Cuidadas

¿Nos resignaremos a que algo tan bello como la palabra, sublime creación de Dios se use para hacer tanto daño? Nuestro modo de hablar puede marcar una diferencia en nuestras familias, lugares de trabajo, iglesias, y todo lugar que pise la planta de nuestros pies. Palabras Cuidadas, plan surgido del libro que ella este mismo nombre, te invita a transitar un camino hacia la salud emocional y la salud comunicacional.

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Nos gustaría agradecer a PsicoRecursos por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: http://www.psicorecursos.com.ar