Aprovecha Bien El TiempoMuestra

En esta era frenética e hiperconectada, muchos de nosotros tenemos un insaciable deseo de estar en todos lados a la vez y hacer todas las cosas al mismo tiempo. No queremos perdernos de lo que está sucediendo en Internet, así que procuramos estar atentos a todas las noticias y los memes. Tememos dejar de sentirnos útiles en la iglesia, así que servimos en siete ministerios. En nuestro esfuerzo por ser más eficientes, tratamos de responder correos electrónicos mientras echamos la ropa a lavar. En el afán de evitar que las personas hablen mal de nosotros, decimos “sí” a cualquier petición que recibimos, sin importar el estado actual de nuestras agendas.

La realidad, sin embargo, es que los humanos somos seres limitados. Por más que nos esforcemos, no podemos estar en todos los lugares a la vez. No podemos atender todas las necesidades. Si queremos vivir una vida verdaderamente productiva, es crucial que abracemos esta verdad, por frustrante que nos resulte al principio. Somos limitados y esto es algo bueno, pues el Señor nos hizo así. Él nos diseñó como criaturas que viven un momento a la vez, capaces de atender una necesidad a la vez. No podemos hacerlo todo, y no tenemos que hacerlo todo.

Antes hemos meditado en que Dios preparó buenas obras de antemano para que anduviéramos en ellas (Ef. 2:10). Esto implica que no debemos preocuparnos por estar en todas las buenas obras en las que podríamos estar, sino en aquellas que Dios preparó para nosotros. Si nos concentramos en andar en la buena obra que Dios preparó para este momento, no andaremos en ninguna otra.

Mucha de nuestra frustración surge porque queremos plantar cuando es tiempo de arrancar lo plantado. Estamos escribiendo un reporte para el trabajo y recordamos los platos sucios que hay en la cocina. Estamos lavando los platos y desearíamos estar jugando con nuestros hijos. Estamos jugando con nuestros hijos y tomamos el teléfono para contestar algunos mensajes pendientes.

Durante tus tareas de hoy recuerda que todo tiene su tiempo. Solo puedes estar en un lugar a la vez, y eso es algo bueno. Puedes buscar glorificar a Dios cada momento, ahí en donde estás. Disfruta las labores que el Señor te ha confiado, por sencillas que sean, sin buscar saltar hacia otro lado antes de tiempo. No necesitas hacer todas las cosas a la vez. Procura andar en las buenas obras que Dios preparó para ti, y descansa en que el Único omnipresente y omnipotente sostiene el universo en Sus manos.