Aprovecha Bien El TiempoMuestra
Habían pasado 30 minutos desde que subí al autobús y las calles me resultaban completamente desconocidas. Según el reloj, se acercaba la hora de bajar, pero no tenía idea de dónde estaba. Poco después lo entendí: me había subido en la ruta incorrecta.
De nada sirve avanzar si vas en la dirección equivocada. Para empezar a vivir una vida verdaderamente productiva necesitas entender qué es una vida verdaderamente productiva: necesitas comprender el propósito de la productividad según Dios. Después de todo, Él te formó. Nadie mejor que el Creador para decirle a la criatura cómo ha sido diseñada para vivir.
Los cristianos no buscamos ser productivos para obtener algo; los cristianos buscamos ser productivos porque todo lo que necesitamos ya ha sido obtenido a nuestro favor. La verdadera productividad no busca lograr, sino amar. Perder esto de vista es vivir frustrados. Frustrados porque no damos “la talla” o porque cuando damos “la talla” siempre hay algo más que alcanzar.
La Biblia nos enseña que los seres humanos somos por naturaleza hijos de ira y de desobediencia. Nuestra tendencia es apartarnos de Dios y vivir siguiendo nuestras pasiones y deseos pecaminosos. Esa era la vida de cada uno de los cristianos en la historia. Esa es tu vida si no has abrazado el regalo de gracia de Jesús.
¿Cuál es ese regalo de gracia? Lo encontramos en el verso cuatro de Efesios 2: “Pero Dios…”. Dios nos dio vida juntamente con Cristo. Esta es la historia de la Biblia: Dios —quien es completamente santo— creó un universo perfecto para su gloria. Él entregó el mundo a los humanos para que lo hiciera florecer, gobernándolo mientras reflejaban Su imagen. Pero los hombres fallaron, dando la espalda al creador al pecar contra Él. Esa misma rebeldía es ahora parte integral de toda la humanidad caída. Cada hombre y mujer en la historia nace en la condición que describe Efesios 2: hijos de ira y desobediencia. Por sí mismos no pueden volverse al Creador. Pero Dios envió a su Hijo Jesús a vivir perfectamente en nuestro lugar, cargar el precio del pecado y pagar por nuestra culpa. Ahora podemos ser vestidos de Su justicia y contados como hijos de Dios en lugar de como hijos de ira. Esta es la historia del evangelio.
¿Qué tiene que ver esto con ser productivos? ¡Todo! El evangelio es el motor de la verdadera productividad. No podemos tener Efesios 2:10 sin tener Efesios 2:1-9. Dios ha preparado buenas obras para nosotros —obras en las que debemos invertir nuestro tiempo, energía y habilidades de manera sabia—, pero no son buenas obras para alcanzar su favor o su perdón. Son buenas obras que surgen del favor y el perdón que ya nos han sido dados.
No estás aquí por accidente. El Dios del universo ha preparado buenas obras para ti, para que compartas a otros del evangelio, haciendo discípulos, mientras amas a Dios y a los que te rodean. El Señor te ha colocado en donde estás y te ha otorgado un propósito. Ese propósito se desborda de lo que Dios ya ha hecho por ti en la cruz de Cristo.
No importa quién seas o de dónde vengas. No importa si ahora mismo sientes que eres un completo fracaso en la organización de tu calendario o lista de tareas. Si estás en Cristo, eres libre para caminar en las buenas obras que Dios preparó para ti. Eres libre para ser productivo.
Escrituras
Acerca de este Plan
La verdadera productividad no es hacer un montón de cosas en poco tiempo. Es hacer las cosas correctas de la manera correcta. Hacer las cosas que Dios te ha llamado a hacer en este momento, en donde estás y con lo que tienes. En este devocional meditaremos en algunos fundamentos bíblicos para vivir aprovechando bien nuestro tiempo, energía y habilidades, para gloria de Dios y el bien de otras personas.
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Nos gustaría agradecer a HarperCollins/Zondervan/Thomas Nelson por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.editorialhccp.com/gruponelson/aprovecha-bien-el-tiempo/ |