Hábitos De FelicidadMuestra

Dios siempre provee. Es tu trabajo pedir.

Cuando era niño, cada vez que necesitaba algo, iba a hablar con mi papá. A veces, lo que necesitaba era caro, pero recuerdo que ni una sola vez, cuando era niño, me preocupé de dónde iba a obtener el dinero mi padre para lo que necesitaba. ¡Ese no era mi trabajo! Era el trabajo de mi padre averiguar de dónde vendría el dinero. Mi trabajo de niño era simplemente preguntar.

No es tu trabajo descubrir cómo Dios va a proveer. Tu trabajo es pedir.

La Biblia dice en Santiago 4:2, “No tenéis lo que deseáis, porque no pedís” (RVR1960).

Aquí está la segunda clave para controlar el estrés: preocupate menos y pide más. En lugar de preocuparte, ora por todo.

Romanos 8:32 dice, “El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿Cómo no nos dará también con él todas las cosas?” (RVR1960)

Si Dios resolvió tu mayor problema, todo lo demás es pequeño en comparación. Si Dios te amó lo suficiente como para enviar a Jesús a morir por tus pecados, ¿no crees que él te ama lo suficiente como para ayudarte con tus finanzas? ¿No crees que él te ama lo suficiente como para ayudarte con tu salud? Con tus relaciones? ¿Con decisiones profesionales? ¿Con cerrar un trato? ¿Con tu fecha límite?

No hay un área de tu vida en la que Dios no esté interesado. Él ya sabe lo que necesitas, pero todavía quiere que se lo pidas. En lugar de preocuparte, ora por todo.