Liderazgo desde ceroMuestra

Bases reveladoras

Es tiempo de que nosotros, como líderes, replanteemos los fracasos. Es tiempo de que tomemos una decisión para ver las situaciones difíciles a través de los lentes de la esperanza y la posibilidad. Después de todo, los problemas y la tensión pueden redefinir y fortalecer nuestro entendimiento del amor de Dios y quien nos creó para ser hijos amados e hijas amadas.

Sin embargo…si tu identidad está construida principalmente sobre lo que TÚ piensas que puedes alcanzar, lo que TÚ puedas hacer, lo que TÚ adquieras, entonces las situaciones difíciles pueden destrozar tu confianza. Oh, podrías ser capaz de mantener un fuerte, exterior profesional a través de todo, pero adentro, si has construido un altar falso de confianza en tus propios éxitos y logros, finalmente se desmoronará (y probablemente tu paz también).

Pero para nosotros los que confiamos en Cristo Jesús, tenemos una base que nunca necesita ser reconstruida porque nunca se desmorona. Nuestra resiliencia, o nuestro factor para recuperarnos, nunca es cuestionable porque deriva de quien es Él, en lugar de cuán fuerte somos.  

Las historias de los viajes de Saúl y David hacia el liderazgo nos pueden enseñar un poco sobre cómo nuestras bases pueden ser desarrolladas y cómo son reveladas.  

Saúl fue, en todos los sentidos la opción más probable para el primer rey de Israel. Él era alto, apuesto y un luchador de familia acomodada. Él era literalmente el paquete completo. O al menos él pareció ser el paquete completo en el exterior.

Cuando llega el momento de anunciar a Saúl como el rey ungido de Israel, la gente no lo puede encontrar. El Señor finalmente lo llama a salir de su esconditeentre los arbustos. Escondite.

¿Puedes identificarte con Saúl? Alguna vez te has escondido del llamado hacia un nuevo camino u oportunidad que no era lo que esperabas?

Interesantemente (y en completo contraste con el sucesor de Saúl, David), no tenemos suficiente registro escrito sobre la relación entre Saúl y Dios. En muchas maneras, esa ausencia nos dice mucho sobre la dependencia de Saúl (o la falta de ello) en Dios. Las interacciones y conversaciones de Saúl con Dios están grandemente escondidas de nosotros. A diferencia, la apasionada y profunda relación entre David y Dios es encontrada toda en el libro de los Salmos. David era constantemente encontrado derramando su corazón delante de Dios como su Creador y Amigo, tanto privada como públicamente. 

Nuestras palabras también importan. Ellas revelan en qué se enfocan nuestros pensamientos y actitudes. Ellas revelan en qué radica nuestra fe. Cuando Saúl salió de su escondite, abrió su boca y las grietas en su base interna comenzaron a aparecer. 

Para un hombre que tuvo apariencia física y presencia dominante por ser el rey de Israel, las palabras y acciones de Saúl empezaron a revelar a un hombre que se veía a sí mismo basado en quien él creía que era, potencialmente quien él creía que otros esperaban que él fuera, y ciertamente no a través de la perspectiva del Dios todopoderoso y lleno de gracia. Dios llamó a Saúl para ser el primer Rey de Israel, y Saúl se llamó a sí mismo insignificante y pequeño. La brecha entre la perspectiva de Saúl y la perspectiva de Dios era inmensa.

Esta brecha fue la raíz del problema de Saúl. A menudo es la raíz de nuestros propios problemas. Si te llamas a ti mismo algo diferente a lo que Dios te llamó a ser, estarás cambiando la base de tu fe hacia un lugar que se agrietará y desmoronará bajo el peso del problema.  

Para el tiempo en que David aparece en escena y entra al servicio directo de Saúl, luego de su victoria sobre Goliat, Dios ya había decidido que Saúl no iba a permanecer como el Rey de Israel por mucho tiempo. Una y otra vez, Saúl confió en la base de su propia fuerza en lugar de la de Dios. Su confianza fuera de lugar continuó destrozándose con cada mal paso.

David, el próximo Rey de Israel escogido por Dios, empieza su viaje viendo a Saúl caer en pedazos. ¡Qué lección de desarrollo en tiempo real más difícil, pero increíblemente poderosa!

Acción de liderazgo: 

• Pasa tiempo con Dios para pedirle Su dirección con tal de permanecer arraigado en Él. Pídele que te muestre cualquiera de las áreas de tu vida en las que estás intentando tener éxito con tu propia fuerza y confianza. Mientras vas encontrando estas áreas, pídele ayuda para rendir esos espacios a Su guía y dirección. Busca mentores y consejeros sabios que puedan proveer una opinión honesta y dirección para cuando tu confianza esté fuera de lugar, en tus propias habilidades. Recuerda que cuando pides con todo tu corazón, lo encontrarás.