Me movieron el pisoMuestra
Agar era esclava, y las esclavas no deciden, de eso se encargan otros. Sara, su ama, frustrada por años de esterilidad, determinó que Agar concibiera un hijo en su lugar. El asunto estaba dispuesto, con o sin el consentimiento de su sierva. No había nada en el mundo que Agar pudiese reclamar como suyo. Su voluntad, su tiempo, su trabajo, todo lo que tenía y era, pertenecía a su señora.,
Al verse embarazada descubrió lo que significaba tener algo de su propiedad, algo que su ama anhelaba tener, pero no podía. No supo manejarlo. Se sintió con derecho de alardear de su estado y humillar a su señora. Se inició una ruda batalla doméstica. Los misiles verbales nacidos de la antipatía mutua surcaban el espacio hogareño, haciendo intolerable la convivencia.
Cuando el conflicto escaló, Agar fue expulsada del hogar por instrucciones de Sara. No vio otra salida que huir rumbo al desierto. Su sentido de desamparo era abrumador. Pero justamente allí, en aquel lugar inhóspito y seco, Dios le habló. “Agar, esclava de Sarai, ¿qué haces aquí?”. Ella respondió: “Estoy huyendo de mi dueña”. Dios entonces le dice: “Es mejor que regreses con ella”. Puede que la respuesta de Dios nos resulte incomprensible, pero no se trataba de una simple invitación a regresar. Se trataba de volver al punto del problema para mirarlo de frente y resolver en lugar de huir. Había un ciclo que cerrar y Agar no podía hacerlo huyendo, sino retornando al mismo escenario con otra manera de pensar, abordando la crisis con una actitud diferente. Dios no te invita a retornar a un lugar donde peligra tu vida o la de los tuyos, pero ese no era el caso de Agar. Después que Dios le habló, Agar regresó con la actitud transformada. Más adelante saldría definitivamente, pero en su diálogo con Dios en el desierto, ella entendió algo muy importante: “Tú eres el Dios que todo lo ve. He visto al Dios que me ha visto.” Genesis 16.13. Este desierto que hoy atraviesas puede ser tu lugar de encuentro con el Dios viviente, el que se revela a ti con promesas de bendición. No eres la misma cuando entiendes que Él es la Roca Inconmovible de tu vida, el piso que nada ni nadie puede mover.
Escrituras
Acerca de este Plan
Cuando hemos vivido experiencias adversas que trastocan nuestros sueños, podemos pensar que el mundo se nos derrumba. Sin embargo, la Palabra de Dios abunda en promesas vivas de esperanza para nosotras. Este plan considera respuestas bíblicas a diversos desafíos de la vida de la mujer de hoy.
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Nos gustaría agradecer a Nilsa Jurado por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: http://www.amazon.com/author/nilsajurado