La NoviaMuestra
No te pierdas en los detalles
Cuando mi hija cumplió 4 años, la festejamos junto a sus compañeros de curso. Preparé todo con mucha dedicación y con la ilusión de regalarle a mi pequeña un lindo festejo. Puedo recordar con claridad el mago que contraté, la comida que servimos, la torta, su vestido, su peinado, las invitaciones y la decoración. ¡Todo estuvo impecable! Sin embargo, al rememorar ese día me doy cuenta que la persona con la que menos compartí y a la que menos atendí fue a mi pequeña. Estuve abrumada con la atención de los invitados y, hasta el último minuto, me esforcé porque todo estuviera perfecto; pero me perdí lo central, disfrutar junto a la cumpleañera.
Una situación similar ocurre en la iglesia. ¡Nos perdemos en los detalles! Nos perdemos en evaluar el servicio que nos brindan los voluntarios, cuando ellos también necesitan una palabra de aliento de parte de nosotros; centramos nuestra atención en juzgar la autenticidad de la alabanza de algún miembro que se encuentra en proceso de cambio, cuando deberíamos estar enfocados en aceptar la invitación de las Escrituras de cantar salmos e himnos y alabanzas a Dios con un corazón agradecido. Finalmente, cuando llega el mensaje, nos desanimamos al ver que la persona que predicará no es quien preferimos escuchar y cerramos nuestros oídos al mensaje, cuando lo central es: ¿Qué me quiere decir Jesús?
En el festejo de mi hija perdí mi enfoque; un día afanado, la multitud de tareas y cosas por atender pudieron más que poner especial atención en la persona por la que hice todo.
Pero este recuerdo también me lleva a pensar en un invitado que no llegó y me pregunto: ¿Quién perdió? La cumpleañera lo esperó hasta el final de la fiesta, pero eso no impidió que recibiera los regalos de sus demás compañeros, que disfrutara junto a ellos del show de magia, que todos comieran delicioso. La persona que no llegó, se perdió el momento, la comida y los dulces que se llevaron los demás invitados.
Este hecho, me recuerda que nosotros somos invitados de Jesús, ¡la iglesia se trata de Jesucristo! Conocemos el día y horario semanal del servicio de la iglesia y cuando llega el día, decidimos realizar las compras, pasar a cargar combustible, limpiar la casa o realizar otras actividades, aun a costa de saber que las mismas nos retrasarán para llegar al servicio puntualmente o, peor aún, preferimos no congregarnos, olvidándonos que el Creador del universo, Aquel que nos da todo lo que tenemos, preparó ese momento en la iglesia para recibir nuestra ofrenda de alabanza y adoración, darnos el alimento que necesitamos y, sobre todo, darnos nuevas fuerzas y dirección para comenzar la semana.
Queridos, todos somos vulnerables a perdernos en los detalles cuando se trata de la iglesia, pero depende de nosotros no perder el enfoque, no perder el momento, no perder la semilla que debe ser plantada en nuestros corazones.
Ximena Bejarano S.
Misiones digitales YV - Jazôn
Acerca de este Plan
La novia de Cristo es la Iglesia. ¿Quién podrá encontrar una novia virtuosa y capaz? Es más valiosa que las piedras preciosas. Su novio confía en ella, y ella le enriquecerá en gran manera la vida. Esa novia eres tú, soy yo y juntos hacemos brillar la gloria de Jesús en este mundo.
More
Nos gustaría agradecer a Jazôn por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: http://www.jazon.info/