La NoviaMuestra
La Gran Carpa
Recuerdo cuando, por motivos de trabajo, tuvimos que viajar a un lugar alejado de la ciudad, donde no había casas ni hoteles alrededor. Era un lugar muy pero muy frío, sólo divisábamos la baja neblina y un gran lago que, a tiempo de deleitar nuestra vista, emanaba el aire congelado que nos llegaba como sopapos. Las horas pasaban, la temperatura bajaba más y más, y creo que todas nos preguntábamos cómo dormiríamos esa noche. Si bien, estábamos equipadas con abrigos, gorros, bufandas, nada era suficiente para darnos calor. Cada una había llevado una carpa individual, excepto la líder del equipo que tenía una carpa para tres personas.
Teníamos entonces dos opciones: pasar la noche solas en nuestras propias carpas y con mucho frio, o unirnos ocho personas en esa pequeña carpa para tres y pasar la noche muy incómodas, pero con calor. Elegimos la segunda opción y una muy al lado de la otra, logramos el calor deseado y pudimos descansar un poco.
Años después, pasó algo similar en mi vida cuando tuve que afrontar una pérdida que me caló el alma y sentí el frío inmenso del dolor. Yo creía que cobijarme en mi “propia carpa” podía alivianar ese frío, pero no era cierto, necesitaba algo más y eso llegó cuando una persona maravillosa me sacó de mi lugar para llevarme a la iglesia y en ella ponerme a los pies de Jesús.
Dios quería transformarme a través de la renovación de mi corazón y de mi entendimiento, mediante la sanación de mis heridas, mediante el perdón de mis pecados. El calmó el frío de mi cuerpo y de mi alma, llevándome a esa gran carpa llamada Iglesia, formada por muchas personas que, unidas unas a otras, me dieron el calor que necesitaba.
La Iglesia es ese instrumento divino, donde aprendemos a amar a Dios, amar a los demás y donde somos amados; aprendemos a perdonar y ser perdonados, a tolerar las incomodidades del otro y porque no, a que otros nos toleren.
En la iglesia crecemos como creyentes, es el taller donde nos ponemos en las manos del alfarero, es el campo donde nos ejercitamos para las batallas, es la parcela donde se nos llama a servir.
Dios te invita a conocer su voluntad y hacer una obra perfecta de ti, a través de su Iglesia. Yo te animo a que aceptes esa invitación y te sumes a esa gran carpa donde encontrarás el calor de su amor.
Latife Pino Nallar
Misiones digitales YV - Jazôn
Escrituras
Acerca de este Plan
La novia de Cristo es la Iglesia. ¿Quién podrá encontrar una novia virtuosa y capaz? Es más valiosa que las piedras preciosas. Su novio confía en ella, y ella le enriquecerá en gran manera la vida. Esa novia eres tú, soy yo y juntos hacemos brillar la gloria de Jesús en este mundo.
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Nos gustaría agradecer a Jazôn por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: http://www.jazon.info/