La NoviaMuestra

La iglesia es la respuesta de Dios

Todos los días de nuestra vida nos pasamos buscando respuestas para algo. Buscamos respuestas a temas tan simples como: ¿qué comeré hoy? ¿cómo me vestiré hoy? ¿estará de mal humor hoy mi jefe? ¿será que llego a ver la novela? ¿cómo hago para ver el partido si estaré en horas de trabajo? y así. Sin embargo, también todos los días de nuestra vida buscamos respuestas a temas preocupantes, temas que, en realidad, son problemas que afectan nuestro diario vivir. Buscamos respuestas a problemas familiares, de salud, amor, soledad, traición, financieros y muchos otros más, con los cuales sentimos constantemente que somos golpeados física y emocionalmente.

A menudo, las respuestas que le damos a estos temas no son las adecuadas. Creemos que lo son porque causan un efecto "paliativo" inmediato en nosotros, haciéndonos olvidar el problema en sí y sintiéndonos equivocadamente satisfechos por la pronta e inconsciente actitud de respuesta que tomamos. Me refiero a la respuesta que damos erróneamente a nuestros problemas acudiendo al alcohol, violencia, aislamiento, infidelidad, horóscopos; acudiendo a sentimientos como el odio, rencor, venganza, depresión y otros, que sólo nos hunden y no son la respuesta a la raíz de nuestros problemas.

Entonces, ¿cuáles son las respuestas adecuadas a los problemas que nos toca vivir día a día? ¡Déjame confesarte que no lo sé! No sé cuáles son las respuestas adecuadas del día de hoy para ti y tampoco las de mañana. Te pido disculpas por no saber. Pero, sí te puedo decir con seguridad dónde las puedes encontrar, y ese lugar es la Iglesia.

Te hablo de la Iglesia de Cristo, esa Iglesia que nació del propio Espíritu Santo, en la que ni más ni menos el mismísimo Pedro estuvo presente, solicitándonos que pidamos perdón a Dios por nuestros pecados, volvamos a obedecerlo, seamos bautizados en el nombre de Jesucristo, decidamos vivir como una gran familia. Compartamos con el prójimo día a día las enseñanzas acerca de Dios y de Jesús, celebremos la cena del Señor y oremos juntos. Dándonos la sublime promesa de que así Dios nos perdonará y nos dará el Espíritu Santo para nuestra salvación. (Hechos 2: 38 – 46)

La pertenencia e interacción con la Iglesia hace que crezcamos como personas, nos da la oportunidad de cambiar nuestra forma de pensar, ver y sentir la vida. Permite que seamos conscientes de nuestros actos. Fomenta que seamos mucho más desprendidos de las cosas materiales. Amemos a nuestro prójimo viviendo en comunidad (Hechos 4: 32 – 37) y respondamos día a día, de la manera más adecuada, a nuestros problemas en base a la fe y obediencia a Dios. 

La Iglesia es la respuesta de Dios para los problemas del mundo. Es la encargada de llevar vista al ciego, esperanza al abatido, alimento al que tiene hambre y vida al que está muerto. Nosotros somos la Iglesia y al serlo, somos la respuesta de Dios para este mundo roto.

Wilhem Duchen
Misiones digitales YV - Jazôn