Grandes Héroes De La Fe: JosuéMuestra

Batallas y victorias

Jericó representaba el mismo asunto que había aterrorizado a los diez de los doce espías enviados por Moisés cuarenta años atrás. Una enorme y poderosa ciudad amurallada protegida por armas de guerra sofisticadas y soldados listos para destruir a cualquier enemigo que se acercara a sus murallas ¡Se veía como algo realmente aterrador!

Sin duda alguna, Jericó era la máxima prueba para los Israelitas quienes finalmente habían comenzado a caminar en una tierra prometida por tanto tiempo. Un gran desafío para una nueva generación de guerreros listos a luchar, sin cuartel, por conquistar las promesas del Señor.

La Biblia nos cuenta que antes del día de la gran batalla, por la noche, Josué salió a observar como todo un estratega militar, la ciudad fortificada, tal vez para descubrir posibles fallas en la estructura de defensa; de repente, vio a un soldado de extraordinaria apariencia que tenía su espada en la mano, lo cual indicaba que estaba listo para la batalla. Josué no se precipitó para desenvainar su espada con el fin de enfrentar a este guerrero, solo le preguntó: << ¿Eres de los nuestros o del enemigo?>>.

Josué se sorprendió al ver que este hombre no estaba a favor ni en contra, tan solo era un siervo del Señor, un visitante celestial, enviado para dar un mensaje. Josué reconoció de inmediato la autoridad superior de este hombre cuyo ejército era infinitamente más poderoso que el suyo. Me sorprende ver cómo un hombre del rango, autoridad, experiencia y poder como Josué, se doblegó ante el visitante celestial en humilde sumisión y le preguntó: << ¿Qué órdenes trae usted, mi señor, para este sirvo suyo?>>.

Querido amigo, sin una rendición total de quienes somos ante Dios, es imposible presentar batalla contra nuestro enemigo. Satanás el acusador de los hermanos, conoce nuestras debilidades, deficiencias y pecados, y puede usarlos en contra nuestra para vencernos y destruir todo lo que Dios quiere hacer, no solo en nosotros, sino a través nuestro.

Por otro lado, sin duda alguna, la vida nos ofrecerá numerosas oportunidades para probar nuestra lealtad a Dios, nuestro Señor. El mismo Dios que salió al encuentro de Abraham, Jacob, Moisés y Josué nos confrontará con obedecer o no su voluntad… << Quítate las sandalias de tus pies, porque el lugar que pisas es sagrado, y Josué obedeció>> Quitarse los zapatos indicaba que Josué había renunciado a todo su señorío y liderazgo, dando a Dios el Señor el control total de todo con tal de obedecer su voluntad.

Recuerda, nuestra mayor batalla siempre será contra la incredulidad. Nuestra mayor victoria será someternos completamente a Dios y nuestro mayor premio es la fe que vence… Porque tenemos la mirada puesta en la recompensa eterna.

"Pero él nos da mayor ayuda con su gracia. Por eso dice la Escritura: «Dios se opone a los orgullosos, pero da gracia a los humildes». Así que sométanse a Dios. Resistan al diablo, y él huirá de ustedes. Acérquense a Dios, y él se acercará a ustedes. ¡Pecadores, límpiense las manos! ¡Ustedes los inconstantes, purifiquen su corazón!"