Recupera tu vida: Piensa bien para vivir bienMuestra

Corre hacia el rugido

Cuando huyes de lo que te da miedo, te diriges al peligro en lugar de alejarte de él. Cuando tienes esa sensación de pánico que activa el reflejo de pelear o huir y quieres salir corriendo, haz lo opuesto. Corre hacia el rugido. Has venido al reino para "una ocasión como esta" (Ester 4:14 LBLA).

Cuando Jennie y yo perdimos a nuestra hija, decidimos que lo superaríamos corriendo hacia el rugido. Vivir el proceso del duelo es extremadamente doloroso, pero mientras lo enfrentábamos nos dirigíamos hacia el futuro. Oro para que nunca tengas que pasar por lo que pasamos nosotros, pero nos guste o no, todos tendremos que enfrentar nuestros miedos o abandonar nuestro destino.

El único camino para llegar a la vida que debes tener es lanzarse al agua profunda y navegar a través de las cosas que te atemorizan. Dios nos llama a ir a lugares que nos dan miedo para que podamos confiar plenamente en Él. La única manera de hacer lo que Él quiere que hagas es corriendo hacia el rugido una y otra vez.

Lo que nos mantiene en las aguas poco profundas es el temor a fracasar. La única manera de obtener victoria es cometiendo errores mientras caminamos hacia la victoria. Soportar algo que te asusta y aún así mostrar valentía tiene que ver con tu actitud y perspectiva. Dios no le tiene miedo a lo que tú le tienes miedo, pero no tienes que fingir que no tienes miedo. Ponerle nombre a tu temor te ayudará a vencerlo. Es importante recordar que Jesús siempre está contigo. Te da la fuerza para enfrentar tus temores.

La fortaleza también viene cuando otros oran por ti. Puedes pedir a otros que sean tu apoyo cuando necesitas enfrentarte a tus temores y deshacerte de los que evitan que lleves a cabo el propósito de Dios. Pasa tiempo leyendo la Palabra de Dios, habla honestamente con Él a través del día, escucha alabanzas, permite que otros te discipulen y sirve en tu iglesia local. Cada una de estas estrategias abre la puerta para que Dios limpie tu corazón.

Como hijo/a de Dios, tienes el arsenal de poder a tu disposición. El poder que lleva a la victoria no está en nosotros ni viene de nosotros. Está con Dios y viene a nosotros a través de Su mano. Pero tenerlo y usarlo son dos cosas totalmente distintas. Uno de los errores más grandes que puedes cometer es tratar de hacer las obras de Dios, sin el poder de Dios. Hay poder cuando usas el nombre de Jesús cuando oras, y ese poder está disponible para ti, todo lo que necesitas es usarlo.

¡Corre hacia el rugido! Cuando el enemigo quiere venir en tu contra para oprimirte, levántate en fe, apoyado en el poder del Espíritu Santo. Cuando sientas que estás lleno de ansiedades y preocupaciones, cuando te enfrentas a la guerra espiritual y las presiones del mundo, no retrocedas, redobla. En Cristo puedes hacerlo. No será fácil, rapído ni indoloro, pero puedes hacerlo. No te rindas. Tenemos esperanza viva, porque tenemos un Señor Vivo.

Responde

¿Qué temores, desánimos o pérdidas necesitas confrontar en tu vida? ¿Cómo puede Dios y Su pueblo apoyarte?

¿Has visto al enemigo que trata de oprimir el progreso de tu fe? ¿Cómo has usado la herramienta de la oración para enfrentar ese desafío?

¿Qué estrategias puedes usar para abrir la puerta al poder sanador de Dios y la victoria sobre el enemigo?