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La oración que toca a DiosMuestra

La oración que toca a Dios

DÍA 1 DE 5

La pasión de David por Dios 

David tenía la habilidad de derramar su corazón (desnudar su alma) delante de Dios. Su oración era más que un conjunto de palabras hilvanadas, o un hábito o protocolo que practicaba rutinariamente, o una serie de peticiones con las que acudía a Dios cada día. Era una pasión y un fervor que nacía desde lo más profundo de su corazón que se levantaba con anhelo inefable por Dios, tal como lo expresa el Salmo 63:1:”Dios, Dios mío eres tú; de madrugada te buscaré; mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela, en tierra seca y árida donde no hay aguas”.

A menudo llegamos a la oración con nuestra propia agenda, tan llenos de peticiones o de nuestros sentimientos, que perdemos el foco de Dios. Para David el orar era enfocar su atención en Dios, buscar su presencia ante que sus favores: porque a ti oraré

David era un gran hombre de oración porque su tiempo de oración estaba enfocado en Dios, y en la expectativa de tener un encuentro con Dios. Al respecto dice Torrey: “Para que una oración pueda ser verdaderamente para Dios, debe de haber un enfoque consciente y definido hacia Dios cuando oramos; debemos de tener en cuenta de una manera vivida y definida que Dios se está inclinando hacia nosotros y escuchando mientras oramos”.

En la oración de David se observa un orden y una fuerza que va más allá de las palabras y que se extiende a un ruego anhelante: 

(1) Escucha mis palabras, 

(2) considera mi gemir (cavilar, meditar; susurros profundos e indecibles), 

(3) está atento a la voz de mi clamor (suplica, ruego). 

La oración de David era intensa, sincera e íntima

Es como si tratara de ir ante Dios, comprendiendo lo limitado de sus palabras, y buscando de ir más allá de ellas. Es como si David estuviera diciendo: reconozco que mis palabras son limitadas para expresarme delante de ti, por eso considera mi gemir y está atento a la voz de mi clamor (mis sentimientos, deseos, ansias y motivación). 

¿Con qué actitud acudes a Dios en oración?

Día 2

Acerca de este Plan

La oración que toca a Dios

David tenía la habilidad de derramar su corazón (desnudar su alma) delante de Dios. Su oración era más que un conjunto de palabras hilvanadas, o un hábito o protocolo que practicaba rutinariamente, o una serie de peticiones con las que acudía a Dios cada día. Era una pasión y un fervor que nacía desde lo más profundo de su corazón que se levantaba con anhelo inefable por Dios.

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Nos gustaría agradecer a Arnoldo Arana por brindar este plan. Para mayor información por favor visite: https://vidaefectiva.com/