El Corazón Que No TengoMuestra

Un Corazón Que No Se Vende

Los versículos de hoy me desafían a otro nivel. Me impresiona la manera en la que David es muy directo con el rey Saúl y decide no aceptar nada de lo que le ofrecieron ponerse para pelear diciéndole: ¨Yo no puedo andar con esto, porque nunca lo practiqué¨. ¿Cuántas veces en situaciones adversas nos hemos encontrado confiando más en lo natural que en Dios mismo? Hay principios en nuestro corazón que no deben ser vendidos a la situación. 

A pesar de que David prefirió ir a lo sencillo, con cinco piedras, un cayado y una honda; Dios le dio la victoria que un casco y una coraza ofrecida por Saúl no le hubiesen podido dar. David tenía muy claro quién iba con él y quien lo acompañaba a lo largo de ese desafío y hoy debes tu saber quién va contigo caminando a través de lo que estas viviendo. Es el mismo Jehová de los Ejércitos, el mismo Dios de los Escuadrones de Israel quien te defiende y te da la victoria. Pienso que realmente nuestra derrota, o nuestra victoria empieza en nuestro corazón. Ese corazón que un día nos dice que podemos alcanzarlo todo, es el mismo que otro día nos deja tumbado; pero la clave está en quien lo tiene. Si Dios lo tiene no hay pierde, por ello no te des la oportunidad de venderlo por lo que estás viviendo. 

Puede que veas la solución muy cerca, pero si Dios está muy lejos, no es esa la opción que debes escoger. Anula todas las voces externas que te dicen que hacer y cómo lograr salir de lo que estás viviendo, sacando a Dios de la ecuación. Siendo muy sincero, a diario estás voces se ofrecen para otorgarme soluciones que implican rendir mi corazón a la situación, en vez de rendirlo al Dios que no nos deja resbalar ni caer; pero tengo muy claro que ¡Mi corazón no se vende, porque ya Jesús vino a pagarlo todo! Ten fe, confía, avanza y canta victoria.