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Día 1

Fe, la sustancia de mi esperanza

En el libro de Hebreos encontramos la definición por excelencia de fe, y ésta es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. Cuando pensamos en fe, lo ligamos inmediatamente a un proceso interno o mental, porque la fe “te hace imaginar”; pero esto, aunque es cierto, es solo la primera parte. La fe ocurre dentro de nosotros antes de que se haga físico; no solo es un proceso mental, es una experiencia. 

Detengámonos un poco en la palabra certeza, ésta viene del griego upostasis en el texto original, que significa sustancia. Por lo tanto, podemos decir, que la fe es la sustancia de lo que esperamos, no importa cuál es tu temporada puedes aferrarte a que su Palabra es fiel y su promesa se cumplirá.

Nuestro Pastor Andrés nos cuenta que cuando le pidió matrimonio a Kelly, él era un estudiante del Instituto Bíblico en Estados Unidos y ella vivía en Morelia, así que días después de comprometerse él se fue para seguir estudiando. Ella podía estar segura del amor del Ps. Andrés, Kelly cargaba en su mano la sustancia, esa garantía de que él volvería y se casarían; cada vez que ella veía ese anillo en su mano, podía experimentar su amor y su promesa. Así es la fe, no solo es confiar que la promesa llegará algún día, la fe es percibir lo que aún no es, es probar la promesa como algo real, ¡porque es real!

Esto fue lo que vivió Nehemías al recibir la noticia de que el pueblo de Israel estaba en dificultades y vivían en desgracia, la Biblia narra que lloró por varios días, pero aún en su dolor él oró, pidió a Dios por Su Promesa, recordó cómo Dios había dado la tierra prometida a sus antepasados y pudo saborear la reconstrucción de esa muralla. Nehemías fue capaz de recordar lo que Dios había hecho con su pueblo hace casi mil años atrás, por encima de lo que él vivía en ese momento. 

¿Reconoces las promesas de Dios a tu vida en esta temporada? Piensa en todo lo que Dios hizo antes en tu vida, en la vida de tu familia, de tus amigos, de cada personaje narrado en la Biblia, medítalas y saborea cada una de esas promesas para tu vida. Aún si esta situación global disminuyó tus ingresos, o si cobró la vida de un ser amado, recuerda todo lo que Él hizo antes, esta es la sustancia de que Dios seguirá haciendo grandes cosas en tu vida.

Oración

Padre bueno, gracias por cada una de tus obras maravillosas, gracias por haber enviado a tu Hijo Jesús, porque su resurrección es la sustancia de que me amas, que tienes perfecto cuidado, que eres Todopoderoso y por ello puedo estar seguro de que cada una de tus promesas se cumplirán, tú dijiste que tus promesas son si y amén en Cristo Jesús. A pesar de no saber los detalles, puedo moverme con seguridad hacia el mañana porque fuiste fiel y lo seguirás siendo. En Cristo Jesús, Amén.