Princesa "Descubre tu verdadera identidad"Muestra
Día #5 – Descubre tu identidad
Desde pequeña, aprendí que Dios es todopoderoso, omnisciente y omnipresente, es decir, que lo puede todo, que lo sabe todo y que está en todas partes. También me enseñaron, a modo de amenaza, que Él sabe todo lo que hago y pienso. Creo que a muchos niños nos hacían ver a Dios con temor para que hiciéramos las cosas bien por miedo a su castigo. No recuerdo que me hayan enseñado que yo podía tener una relación con Él. Crecí pensando que Dios, el Creador del universo, me castigaría si me comportaba mal. Ahora, en mi adultez, puedo celebrar que lo conozco de otra manera: no solo creo en Él, sino que me relaciono con Él. Reconozco que Dios es Quien me ha dado identidad y que todo lo que soy es gracias a Él.
Creo que todos tenemos una constante búsqueda sobre qué es la vida, y no entendemos cuál papel juega Dios en ella. Hace varios años, supe una verdad que me cambió. En realidad, el cambio no surgió al saber esa verdad, sino al creerla y comenzar a vivirla. Para ti puede parecer simple, pero interiorizar y tener la revelación de esta verdad me dio libertad, alegría, propósito, paz, confianza, entendimiento, gozo y seguridad. Esta verdad no es un secreto, quizás no te hace cambiar de manera instantánea, pero si meditas en ella y la vives, algo empezará a ser transformado en ti. La verdad que me cambió fue conocer que mi verdadera identidad está basada en la paternidad de Dios. Sí, Dios es nuestro Creador, ¡pero también es nuestro Padre! Dios es el Rey de la creación y, por consiguiente, yo soy su princesa. Tú también eres su hija amada, su princesa.
Dios no es cualquier padre, no es como el que tienes o tuviste. Él es incomparable; ningún buen padre lo puede igualar. Cuando lo ves como tu Padre y te ves como su hija amada, entonces, comienzas a ser consciente de que Él solo quiere el bien para ti. Cuando descubrí mi identidad como hija de Dios, aprendí a amarlo de verdad, me pude ver reflejada en su Palabra, pude apropiarme de sus promesas, aprendí a vivir confiada y a llevar la corona que me correspondía. Cuando aceptes que eres su hija, aprenderás a amarlo y a obedecerlo.
El amor de Dios es desinteresado, profundo, eterno, sublime, lo abarca todo. No hay nada que podamos hacer para ganarnos ese amor, pero Él decide darlo. No puedes escapar de su bondad. No puedes escapar de su llamado, y no puedes escapar de sus bendiciones.
Te invito a que descubras tu identidad en Dios; a que escojas ser una princesa, esa que obedece a su Rey, que entiende su valor y posición, la que cuida de sí y de los suyos con amor, la que entiende su valor como hija de Dios.
Oración
Señor, hoy reconozco que eres mi Padre. Recibo tu amor, protección y cobertura en mi vida. Te pido perdón por todos mis pecados. Te entrego mi corazón para que lo inundes con tu amor. Necesito que guíes mis pasos, que me alinees a tus sueños y me ayudes a lograrlos para darte gloria y honra. Quita todo lo que no te agrade y hazme nueva en ti. Acepto que soy tu hija y decido aceptar mi identidad de princesa. En el nombre de Jesús, amén.
Para aprender más sobre el tema de la identidad y conocer la historia de transformación que vivió la autora Amneris Meléndez, puedes leer el libro que inspiró este plan “De Reina a princesa… Descubre tu verdadera identidad”.
Escrituras
Acerca de este Plan
Este plan tiene como fin llevarte a descubrir tu identidad como hija de Dios. La autora vivió un proceso de transformación y desea extenderte la invitación para que vivas una vida más allá de lo superficial, lleves la corona que te pertenece y disfrutes de los beneficios que te corresponden.
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Nos gustaría agradecer a Amneris Meléndez por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: http://www.amnerismelendez.com