Princesa "Descubre tu verdadera identidad"Muestra

Día #1 – ¿Quién soy? 

A todas nos pasa: creamos un ideal de cómo debemos ser para complacer a los demás y de cómo deben ser los demás para cumplir con nuestras expectativas y, al final, nos desilusionamos. Creo que debemos dejar a un lado los estereotipos; que las modas o tendencias no nos definan. Cada una de nosotras es única, tiene un estilo y un gusto en particular. Vivir de las apariencias o pendientes del qué dirán es vivir en esclavitud. Es necesario decidir ser genuinas y transparentes. 

Hubo un momento en mi vida donde tuve que detenerme y preguntarme: ¿quién soy en realidad? 

En mi juventud, gané un concurso de belleza y, esto, me llevó a vivir una vida enfocada en conseguir éxito tras éxito. Buscar la aprobación de todos era como llevar una corona muy pesada. Hoy, sé quién soy y puedo decir que haber sido reina de belleza es nada comparado con el título que ostento hoy: princesa. Soy la hija del Rey del universo, y nada me hace más feliz. Hubo un tiempo en mi vida en el que estaba sin rumbo: tomé malas decisiones, me rodeé de algunas personas equivocadas, tenía un trabajo que odiaba, estaba en una relación tóxica y, ahí, fue cuando lo perdí todo. En ese momento de soledad y tristeza, escuché la voz de Dios. Sin saber cómo hacerlo, me levanté y dejé que su Palabra comenzara a trabajar en mi corazón. 

Ahora, te pregunto: ¿Quién eres? ¿Estás donde quieres estar? ¿Eres quien quieres ser o vives complaciendo a los demás? ¿Te atreves a romper con los estereotipos, a confesarte, a quitarte la máscara y decir: “Esta soy yo en realidad”? 

Te invito a que abras tu corazón y te atrevas a ser la mejor versión de ti, a que dejes salir a esa niña soñadora que vive dentro de ti y que no has dejado salir a jugar y disfrutar la vida. ¿Te atreves? Pues ven conmigo a vivir una transformación, porque tú también mereces descubrir tu identidad. ¡Eres una princesa! Ponte la corona que te corresponde y, aunque te sientas un poco perdida en el camino, acompáñame a través de estas reflexiones, en las cuales espero puedas escuchar la voz de Dios y le permitas sanar tu corazón.  

No tengas miedo, nada malo procede de Dios, Él solo quiere bendecirte. No permitas que nadie detenga tu crecimiento. Quiero que aceptes mi invitación, te atrevas a ser real, abras tu corazón a Dios y comiences a vivir una transformación.