GenerosidadMuestra

Soy generoso cuando intercedo por alguien más

Una de las formas de ser generoso es orar por otra persona: interceder por amigos, familias completas, incluso, por nuestro país. Cuando oramos por alguien, estamos sosteniendo espiritualmente a los demás mediante nuestra oración. Debemos entender que estamos dando algo mucho más valioso que lo que podamos imaginar.

Durante su vida, Jesús fue generoso en cada una de sus oraciones al no solamente dedicar tiempo para sus necesidades, sino para orar por sus discípulos como lo vemos en Juan 17. Él lo dio todo por nosotros en la cruz, dio sus fuerzas, su vida y su tiempo para salvarnos y, en medio de esa generosidad, se volvió intercesor de la humanidad delante del Padre. 

Jesús no solamente se dedicó a interceder, sino a enseñarles a sus discípulos a hacerlo, a tener en sus oraciones a los demás. Lo vemos en la vida de Pedro cuando su oración levantó al cojo, lo vemos en la vida de Pablo cuando fue liberado de la prisión gracias a la oración de la iglesia.

¿Sabes? La intercesión tiene que ver con el bienestar de otras personas; tiene que ver con pararte en la brecha entre una persona y la calamidad y mantenerte en oración por esa persona; se trata de hacer lo que Jesús hizo con sus discípulos, dedicar tiempo en nuestras oraciones para bendecir a los que nos rodean. Orar e interceder nos dan un corazón generoso, nos dan un corazón como el corazón de Jesús y levantan nuestra fe. 

Te animo a no escatimar en tus oraciones por las personas que te rodean, por tu familia, tus amigos, por justos e injustos y por tu país. Recuerda que el mundo del generoso se hace más y más grande y que, cuando la generosidad sale de tus manos, la provisión puede entrar en ellas.

Oración

Jesús, Tú eres el mejor ejemplo de generosidad que tenemos en nuestra vida. No mediste  las consecuencias al dar tu vida por nosotros. Te doy tantas gracias porque, a través de tu generosidad, sé que puedo clamar a ti por todos los que me rodean. Gracias por darme la oportunidad de ser bendición sobrenatural para mi familia, mis amigos, para justos e injustos y para mi país. Enséñame, día a día, tu corazón para ser generoso como Tú lo has sido conmigo. En tu nombre, amado Jesús, amén.