ROTOS PARA RESTAURARMuestra

PROCESANDO ⏳ 

Una vez salí a caminar con una amiga. En cuestión de minutos el cielo se cerró y comenzó a llover torrencialmente. Decidimos entrar en la sucursal de una reconocida cadena de comida rápida para refugiarnos, pero ninguna de las dos teníamos dinero, tan solo una moneda de un euro que encontramos en uno de los bolsillos. Más allá de tener que consumir algo para poder sentarnos, era el hecho de que ambas teníamos hambre. Quizás, de haber tenido el dinero adecuado, hubiéramos comprado sin mirar precios, pero esa situación nos obligó a buscar métodos (página web, usar la app de la marca y códigos de descuentos) por los cuales logramos comprar ambas con tan solo una moneda. Esto me dejó una valiosa lección, y es que el proceso te pule, pero además te otorga cualidades únicas y maravillosas. Activa tu sentido de supervivencia haciéndote sabio, inteligente y sagaz.

El proceso también nos destraba, quizás al principio parece estancado, pero es justo lo contrario. No es que te quite de la zona de confort, sino que le quita el confort a la zona en la que te encuentras y eso te obliga a moverte por ti mismo. Es decir, te devuelve el sentido de iniciativa.

El proceso te cambia y ayuda a ordenar tus prioridades, te promociona y te pasa a un nivel superior. Un claro ejemplo es el de la perla, como hablamos en el día 1, y también el de la uva, que cuanto más se pisotea, se procesa y se deja guardada, mejor resulta el vino.

Por último, el proceso te muestra la realidad sobrenatural que nos envuelve, pone tu realidad de cabeza para que tus raíces comiencen a estar en el cielo.

Debemos aprender a amar los procesos en nuestra vida y entender cuan beneficiosos pueden llegar a ser en nuestro caminar con Dios, así que ¡No te desanimes! Te aseguro que eso que hoy te toca pasar no es nada comparado con lo glorioso que viene ¡De la mano de Dios todo es posible!

Oración:

“Dios, ayúdame a confiar. Quiero estar firme aún en medio de las tormentas y no apartar mi mirada de ti. Ayúdame a ver lo valioso de cada proceso permitido en mi vida para ser testimonio a quienes me rodean. En el nombre de Jesús, amén”.