ROTOS PARA RESTAURARMuestra

VALORACIÓN ⭐⭐⭐⭐⭐

Hace un tiempo leí algo asombroso.

El precio de una barra de acero es cinco euros. Cuando se transforma en herraduras, vale diez euros. Si se transforma en agujas, vale trescientos cincuenta euros. En hojas de cuchillos su precio asciende a treinta y dos mil euros. ¿Te imaginas la cantidad de golpes tan terribles que tiene que sobrellevar dicha barra para llegar a valer esto? Cuanto más manipulada ha sido, más martillazos ha recibido y cuanto más ha sido pasada por el fuego, golpeada, machacada y pulida, mayor es su valor.

Sabiendo esto piensa, cada situación difícil vivida, cada golpe y cada martillazo recibido no son en vano.

¿No es gracioso saber que por lo que tú te sentías menospreciado es en realidad lo que aumenta tu valor?

Cuando Jesús vino a la tierra como hombre, aprendió la profesión de su padre terrenal José. A lo largo de los evangelios vemos como muchos se refieren a él de manera despectiva: “¿Acaso no es este el hijo del carpintero?”. Esta ocupación era muy humilde ante los ojos de la sociedad de esa época, pero ¿Sabes una cosa? Aunque muchos veían a Jesús como un simple carpintero, serlo le permitió conocer el peso de la cruz en la que finalmente sería crucificado. Y ahora piensa una vez más ¿No es gracioso saber que por lo que tú te creías menospreciado es en realidad lo que te prepara para tu futuro de victoria?

Muchas veces llevamos una lista mental o emocional de hechos y personas que nos han ofendido, herido o maltratado en alguna forma, pero hoy quiero animarte a que anotes en un papel cinco cosas positivas o cualidades que otorgan “valor añadido” a tu vida y a quienes te rodean, y así puedas ver que todo lo vivido (aún lo malo), te ha traído hasta aquí y te ha convertido en la persona valiosa que hoy eres.

Oración:

“Dios, ayúdame a entender que soy valioso/a por el solo hecho de que Jesús murió por mí, pero que, además, cada proceso me aporta un valor único. Ayúdame a omitir las voces que me hacen sentir menospreciado. Quiero verme como tú me ves. En el nombre de Jesús, amén”.