Todos los sentimientos: Hazte cargo de tus sentimientos (y no al revés)Muestra

Conexión pensamiento-sentimiento 

¿Podemos dar un paso atrás para abordar la falta de credibilidad de los sentimientos? Pueden verse influenciados por extraños factores: el último taco de anoche y el café de esta mañana, la fase lunar y la presencia de mascotas. Los sentimientos no siempre son indicadores confiables de la verdad o la realidad. Y todos tenemos que aprender cómo evaluar las emociones: cuáles honran a Dios, cuáles no; cuáles son saludables, cuáles no. También debemos aprender cómo administrarlas: cuáles alentar, cuáles redireccionar o evitar. 

Y eso lleva a una pregunta muy importante: ¿Podemos gestionar nuestros sentimientos? ¿Tenemos algo que decir sobre qué emociones experimentamos y con qué intensidad? SÍ. Podemos elegir cómo pensamos, y dado que nuestros pensamientos afectan nuestras emociones, podemos elegir cómo nos sentimos. 

He aquí algunas observaciones sobre cómo la Biblia guia nuestra vida emocional:

· Desanima ciertas emociones—la preocupación, los celos y la ira impía (por nombrar algunos)—y alienta otras: la alegría, la paz y la justa indignación (entre muchas más). 

· Sus personajes mostraron toda gama de emociones humanas, y sus historias fueron ejemplos de cómo Dios quiera que manejemos las nuestras. 

· Se centra más en dirigir nuestros pensamientos y nuestra mentalidad que en modificar nuestros sentimientos.

Reflexionemos un momento sobre este último punto: La Biblia se centra más en dirigir nuestros pensamientos y nuestra mentalidad que en modificar nuestros sentimientos. Si piensas acerca de esto, ¿no es un alivio? (Si alguna vez alguien te ha dicho: “¡Deja de estar triste! ¡Alégrate!”, ¡puede que hayas tenido que contener tu pie para no apuntar a su pierna!) No funciona suponer que podemos apretar un interruptor para cambiar nuestras emociones. 

Veamos ejemplos del enfoque de Dios:

Se les enseñó... quitarse el ropaje de la vieja naturaleza, la cual está corrompida por los deseos engañosos; ser renovados en la actitud de su mente; y ponerse el ropaje de la nueva naturaleza, creada a imagen de Dios.

Efesios 4:22-24 (NVI)

No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús. Por último, hermanos, consideren bien todo lo verdadero, todo lo respetable, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo digno de admiración, en fin, todo lo que sea excelente o merezca elogio. 

Filipenses 4:6-8 (NVI)

La rectitud (por no mencionar la paz) viene cuando ponemos nuestras mentes en las cosas de Dios. Y, ¿en qué clase de cosas Dios nos alienta a enfocarnos? En las positivas. Cuando direccionamos nuestras mentes hacia una dirección piadosa, es muy probable que los sentimientos se vuelvan piadosos. Ellos siguen nuestro enfoque. 

No podemos anticipar una felicidad perfecta o un cambio de personalidad—nuestras luchas con la tristeza y la ansiedad no desaparecerán al experimentemos unos pocos pensamientos positivos. Pero podemos anticipar el crecimiento, sabiendo que ha medida que aprendemos a pensar como Dios quiere que lo hagamos, nuestros sentimientos mejorarán. Una vez más, nuestros sentimientos seguirán nuestro enfoque. Con el tiempo, veremos un avance significativo. Un verdadero cambio. Más alegría.