[Serie La manifestación de Cristo en nosotros] Parte 2Muestra

La fe del Hijo 

Hay una fe humana que todas las personas poseen, aunque sean ateos, todos tenemos una fe humana que es la fe basada en el conocimiento de las cosas. Por ejemplo, si me subo a un avión, me subo creyendo que ese avión va a volar, no tengo dudas, todo el que se sube al avión tiene fe de que va a volar miles de millas, le va a transportar y que va a llegar a su destino. Cuando están dentro y volando, las personas se ponen a leer, otros se duermen tranquilamente, nadie está pensando: ¿Se va a caer? ¡No! Todos tienen fe en que ese avión va a volar y va a llegar a su destino. 

Pero esa fe es una fe basada en un conocimiento natural, simplemente saben que va a volar, aunque no sepan cómo, no requiere la persona de una fe divina para que ese avión vuele. No puedes decirle a alguien, «qué fe tan grande tienes porque te subes a ese avión», no es una fe grande ni pequeña, es una fe natural. 

Todo mundo tiene una fe natural. Pero hay otra fe, que es una fe de origen divino, tomando el ejemplo de Abraham, «te he hecho, padre de muchas naciones». Dios que da vida a los muertos y llama las cosas que no son como si fueran, lo llamó Abraham, padre de muchas naciones, cuando él no tenía hijos y Abraham se atrevió a llamarse igual como Dios lo llamaba. 

Nosotros, como Abraham, podemos llamarnos como Dios nos llama. Dios te dice perfecto, hijo de Dios, santo, justo, poderoso, sabio, escogido, bendecido con todo, predestinado, heredero de Dios, reinando en vida, sellado con el Espíritu, Santo sin mancha y apartado para el propósito eterno de Dios. Te llamas como Dios dice que eres, aunque con tus ojos naturales no veas mucha evidencia de lo que eso declara. Lo crees, aunque en el presente en tu alma percibas otras cosas. 

La fe natural solamente puede creer lo que percibe con los sentidos, la fe divina llama las cosas que nunca se han visto y las declara con anticipación. Así opera la fe de Dios, no se puede percibir la verdad del espíritu con los sentidos, sino que creemos en cosas que no hemos visto con los ojos, pero las vemos dentro.

Este devocional se basó en la predicación del pastor Gerardo Cárdenas, si deseas ver el sermón completo, sigue este enlace Clic aquí