La Iglesia FortalecidaMuestra
Mientras continuamos descubriendo quienes son nuestros vecinos, debemos mantener en mente que el concepto de vecino ha cambiado drásticamente desde que las escrituras fueron registradas. Históricamente, pequeños asentamientos de personas formaban las comunidades, y los miembros dependían el uno del otro para bienes y servicios. Ahora, el mercado del pueblo cubre el mundo entero. Nosotros obtenemos abarrotes de Argentina, café de Etiopía, ropa de Bangladesh, electrónicos de China, y carros de Japón. Estamos más conectados de lo que jamás hemos estado.
Dicho esto, la manera en la cual quizás en algún momento interpretábamos cómo estaba construido el concepto de vecino merece una nueva manera de pensar. En la parábola del Buen Samaritano, Jesús intencionalmente hizo a los dos hombres principales de esta historia de antecedentes muy distintos. Uno era Judío y el otro gentil. Ellos no compartían las mismas costumbres o creencias. Ellos ni siquiera se conocían.
Nuestros vecinos no solo son personas que viven al lado nuestro. Ellos con personas que abastecen nuestras tiendas o que recogen nuestra basura. Ellos son las personas alabando en una mesquita o en el templo de nuestro pueblo. Ellos son las personas que hacen nuestra ropa y cultivan nuestra comida en un país distante.
Jesús nos llama-a sus seguidores-a amar a nuestros vecinos porque el amor de Dios es para todos. La promesa del evangelio es de esperanza en la restauración de las relaciones a un nivel humano y cósmico-una relación restaurada con Dios, con nosotros, el uno con el otro y con la creación. Esta promesa es una esperanza ofrecida a todos, sin importar su raza, religión, nacionalidad o género.
Jesús dijo, "Si obedecen mis mandamientos, permanecerán en mi amor; así como yo he obedecido los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor. Estas cosas les he hablado, para que mi gozo esté en ustedes, y su gozo sea completo."
Que Dios mas maravilloso el que servimos, que Jesús nos ordenó amar para que podamos estar llenos de gozo. El suyo es un reino tan abundante en bondad y luz, que su mayor placer sería llamarnos a un lugar para experimentar el deleite más profundo.
Acerca de este Plan
Mas que nunca, la gente es consciente de que estamos profundamente conectados. Este momento único es una oportunidad para reflexionar sobre como compartimos el sufrimiento de los demás, centrándonos en Dios, y levantándonos para un llamado que no termina solo porque el mundo está en problemas, pero quizás es aun mas importante ahora: demostrar el amor radical de Cristo a los mas vulnerables en el mundo.
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