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La Iglesia FortalecidaMuestra

The Empowered Church

DÍA 2 DE 8

“La preocupación no vacía el mañana de su dolor, lo vacía su fuerza"
- Corrie Ten Boom, sobreviviente de la ocupación nazi.

Las preocupaciones son ilimitadas. Nos preocupan cosas como cuánto ejercicio deberíamos hacer, cómo van nuestras relaciones, cómo pagar esa factura inesperada, cómo haremos para cuidar a un familiar que enfermó. 

Luego están las preocupaciones que golpean a mayor escala — devastadoras inundaciones en Indonesia, crecientes tensiones entre USA e Irán, incendios forestales apocalípticos en Australia. Añade a esto las crisis humanitarias en curso en países como Yemen y Siria—además de una pandemia global que tiene a todos en confinamiento—y la perspectiva parece triste. Jesús no mentía cuando dijo que el hoy tiene suficientes problemas. ¿Cómo podemos mantener la tranquilidad en un momento así? 

Cuando nos rodea gran incertidumbre es fácil caer en pensamientos negativo y ansiosos. Al persistir eso, no sólo puede robarte tu gozo y paz, sino también llevarte a una trampa. La preocupación tiene raíces en el miedo y, generalmente, proviene de una amenaza real o presunta al bienestar. El problema con la preocupación es que siempre se centra en el cómo en lugar de en el quién.

Quizás por eso Jesús dejó muy claro que no debemos perder el tiempo preocupándonos porque nos desvía de la confianza en Él y crea un obstáculo a la libertad que nos prometió. 

Cuando Jesús fue a resucitar a Lázaro de la tumba, Marta protestó. Le preocupaba quitar la piedra que selló la tumba por el hedor de la muerte. Pero Jesús le reprende: "¿No te dije que si crees, verás la gloria de Dios?" La llamaba a alinear sus pensamientos con Su promesa de devolver la vida a Lázaro.  

Al dejar que la ansiedad y el estrés prevalezcan en sus pensamientos, fomentas la preocupación. En vez de albergar sentimientos de duda y miedo, puede optar por confrontar eso y someterlo a Dios. Al mirar nuestra situación a través de la imposibilidad, quitamos los ojos de nuestro Señor, con quien todo es posible. Él abre un camino cuando no podemos.

Lo opuesto a la preocupación es la paz. A Jesús se le conoce como el Príncipe de paz. Como discípulos suyos, debemos fomentar la paz en todo aspecto de nuestra vida. Una forma de hacer esto es reconocer cuando surge un pensamiento intrusivo y luego cederlo al Señor.

Nunca debemos olvidar que servimos a un Dios poderoso, que trabaja constantemente en todos los rincones del mundo y, a pesar de lis muchos de titulares negativos en los medios de comunicación, el mundo rebosa de buenas noticias. En Tearfund, lo vemos todo el tiempo. Desde los espacios adaptados a los niños en el campo de refugiados de Bangladesh, escuchamos historias de sanidad. Desde los pueblos más remotos de Chad, escuchamos historias de personas que cultivan abundantes cosechas. Hay innumerables historias alentadoras de las iglesias locales que están empoderando a sus comunidades para que superen sus circunstancias y se vuelvan resilientes.

En este momento, el mundo enfrenta muchas incertidumbres; pero no importa la situación que enfrentemos, es importante recordar que tenemos un Dios que nos ama y se preocupa por nosotros. Él nos dijo: “No temas, porque yo estoy contigo”. Por eso, podemos tener valor al enfrentar el miedo a lo desconocido, porque confiamos en un Dios omnisciente que ha prometido estar con nosotros dondequiera que estemos.

Día 1Día 3

Acerca de este Plan

The Empowered Church

Mas que nunca, la gente es consciente de que estamos profundamente conectados. Este momento único es una oportunidad para reflexionar sobre como compartimos el sufrimiento de los demás, centrándonos en Dios, y levantándonos para un llamado que no termina solo porque el mundo está en problemas, pero quizás es aun mas importante ahora: demostrar el amor radical de Cristo a los mas vulnerables en el mundo.

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Nos gustaría agradecer a Tearfund.org por proveer este plan. para mas información, por favor visita: https://www.tearfundusa.org/