La Iglesia FortalecidaMuestra
En el Evangelio de Lucas, cuando Jesus proclama lo que es referido como el Mandamiento Supremo, él da dos importantes edictos y ambos involucran una función: amar. Jesús quiso que el amor sirviera como fundamento de nuestro entendimiento de Dios y como nuestro llamado delante de él.
Nosotros entendemos el amor; es paciente, tierno, compasivo. El protege y persevera; nunca cambia. Sin embargo, en nuestro presente tiempo, lo que nosotros debemos redefinir es ¿quien es nuestro vecino?
Sucede que esta es la misma pregunta que se le hace a Jesús en este pasaje de la escritura. Y en respuesta, Jesús da la parabola del Buen Samaritano.
Él cuenta la historia de un hombre joven quien es encontrado por ladrones en su camino de Jerusalén. Los maleantes proceden a tomar todas sus posesiones, le dan una paliza y lo dejan por muerto al lado del camino. Herido y desnudo, el hombre sufre solo. Pero de casualidad un Samaritano esta viajando en ese mismo camino. Él ve al pobre hombre sufriendo y es conmovido a ayudarlo. Él cuida de sus heridas y le provee abrigo para que se recupere. El compasivo Samaritano, declara Jesús, es el que trató a ese hombre como su vecino.
De manera similar, nosotros somos llamados a responder con amor hacia aquellos que sufren. Nosotros vemos personar con hambre y sed, quienes han perdido su hogares y medios de subsistir, quiene son víctimas de injusticia, quienes han sido afectados por la violencia y la guerra, y nosotros no debemos ver hacia el otro lado e ignorarlos.
Nosotros somos llamados a cuidar y proveer para aquellos en necesidad. Tales actos son expresiones tangibles del amor que refleja la bondad de Dios.
La belleza de esto es que cuando le permitimos a Dios trabajar por medio de nosotros de esta manera, alineando nuestra voluntad con su palabra, nosotros estamos invocando al Espíritu de Dios para que se extienda cada vez mas en nuestras vidas y en la vida de aquellos con los cuales nos encontramos. Por ende, nosotros construimos su reino, dando espacio para su amor y bondad reinen en lugar del egoísmo y el engaño, permitiendo que la luz penetre los lugares mas oscuros de nuestro mundo.
Escrituras
Acerca de este Plan
Mas que nunca, la gente es consciente de que estamos profundamente conectados. Este momento único es una oportunidad para reflexionar sobre como compartimos el sufrimiento de los demás, centrándonos en Dios, y levantándonos para un llamado que no termina solo porque el mundo está en problemas, pero quizás es aun mas importante ahora: demostrar el amor radical de Cristo a los mas vulnerables en el mundo.
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