[Serie #vida] Cómo ser padres | Parte 2Muestra

¿Sabes cuánto cuesta esto?

Al enseñarles a los niños a ser generosos, una idea excelente que les puede funcionar a algunas familias es darles a sus hijos su mesada toda junta y mostrarles cómo apartar un poco de dinero para dar. Se puede hacer de manera anual o mensual. Por ejemplo, si sueles darle a tu hijo 10 dólares a la semana, quizá quieras darle 40 al inicio del mes. Eso incluso podría ayudar a distender la relación un poco si no tienen que venir cada semana a convencerte para que les des dinero.

Una vez que les des a tus hijos su mesada, pídeles que aparten 4 dólares para dárselos al Señor por medio de su iglesia local. Cuatro dólares de 40 no es un mal trato. Pero ¿qué estamos haciendo aquí? Les estamos enseñando que, si pueden dar 4 de 40, entonces no es la gran cosa dar 40 de 400, 400 de 4000 (cuando obtengan un empleo) o 40 000 de 400 000 cuando el Señor comience a bendecirlos intensamente. Se podrían comprar bastantes cosas con 40 000 dólares. Pero como ya se han acostumbrado, puesto que comenzaron con 4 de 40, apartar 40 000 dólares y dárselos al Señor podría haberse convertido ya en una segunda naturaleza en su vida.

Después de que den un poco de su dinero al Señor, permíteles usar lo que les quede como deseen (no te alarmes, vamos a hablar un poco sobre el ahorro en el siguiente día del plan). Pero necesitas advertirles que, si se les acaba el dinero, no te sentirás obligado a rescatarlos.

Cuando comiencen a comprar cosas con su propio dinero y no saques la cartera cada vez que quieran rosetas de maíz y una gaseosa en el cine o en la feria de la ciudad, tarde que temprano voltearán a verte y de pronto dirán algo parecido a: «Papá, ¿sabes cuánto cuesta esto?». Y, después de eso, algunos incluso añadirán algo como: «Jamás volveré a hacer eso de nuevo». ¿Qué acaba de suceder? Sintieron el valor del dinero. Ellos pueden gastarse tu dinero todo el día. Pero cuando tienen su propio dinero y comienzan a sentir su valor podrían inclinarse a tomar mejores decisiones. Sea cual sea el caso, nunca dejes pasar la oportunidad de enseñarles a apartar un poco de su dinero para dárselo al Señor o a otros, y que experimenten la gran bendición que es dar.