El poder de la Palabra de Dios

En el pasaje de la creación en el libro de Génesis, la expresión "Y Dios dijo…." es significativa. Muestra la autoridad y el poder creador expresado en la palabra que sale de la boca de Dios. Habló, y la inexistencia surgió; la nada se convirtió en una realidad palpable. ¡Qué increíble poder hay en la Palabra de Dios! 

A lo largo de la Biblia, la poderosa manifestación de la Palabra de Dios es clara de ver, como en Hebreos 4:12.  La Palabra de Dios era poderosa entonces y es igual hoy. Sé que esto es así, no solo porque tengo una fe inquebrantable en la Biblia, sino también por las muchas veces que he sido testigo del increíble poder de la Palabra de Dios mientras ministraba en África Occidental. Me viene a la mente un ejemplo en particular: la transformación radical de dos jóvenes que se dirigían hacia un futuro peligroso. 

Estaba en mi auto regresando de una sesión de enseñanza en el instituto The Full Gospel, ubicado en la ciudad de Bamenda, Camerún. En ese tiempo, la secta islámica llamada Boko Haram estaba aterrorizando a la región, destruyendo las aldeas de Nigeria, Chad y el norte de Camerún.

Mientras conducía a través de un gran bosque, dos jóvenes salieron de entre los arbustos. Ambos parecían tener alrededor de diecisiete años, y estaban bien armados. Uno de ellos se paró en medio de la carretera, agitando la mano; el otro estaba de pie a la orilla de la carretera listo para disparar. Detuve mi coche, y los dos jóvenes se acercaron a los lados de mi coche. 

Con respeto, saludé al joven más cercano a mí. Me sorprendió no recibir nada a cambio, sino un silencio perturbador. Su cara estaba tatuada de negro, y todo lo que hizo fue mirarme con sus ojos fríos y enrojecidos. Fue la cara más horrible que había visto en mi vida. 

Después de unos segundos, uno de los jóvenes rompió el silencio con un saludo, precedido por un profundo suspiro. Cuando le pregunté cómo podía ayudarlo, me contestó: "Déjanos en la siguiente ciudad". Sin dudarlo, los invité a subir al coche. Un silencio aterrador permaneció en el coche durante el viaje hasta que decidí romperlo. 

Como de costumbre, tenía algunos recursos bíblicos en mi coche, así que ofrecí un ejemplar del material a cada joven. Me di cuenta de que empezaron a leerlos, así que después de dejarles disfrutar de su lectura, entablé una conversación con ellos. Estaban bastante abiertos a la charla. Aún más asombroso fue que después de pasar algún tiempo hablando del Evangelio, ¡estos dos jóvenes aceptaron entregar sus vidas a Cristo! Detuve mi coche, los invité a confesar a Cristo y oré por ellos. Luego los llevé a una iglesia en la ciudad más cercana.

Pregunté unos meses más tarde y me llené de gozo al enterarme de que estos dos jóvenes fueron bautizados y ahora eran participantes activos en la iglesia. ¡Qué increíble manifestación del poder de la Palabra de Dios! 

Nuestros esfuerzos por sembrar la Palabra de Dios en la vida de los jóvenes y los niños no son en vano. Ellos dan fruto y siempre lo darán, porque la Palabra de Dios siempre es eficaz. Tiene un poder increíble. Así que sigamos sembrándola, ¡y sembrémosla aún más!

Petición de Oración: 

· Cada vez hay más niños en las iglesias de Lomé, Togo. ¡Algunas iglesias informan que los niños constituyen más de la mitad de sus congregaciones! Por favor, ora para que estos niños sean discipulados y echen raíces profundas en la Palabra.