¡La oración puede cambiar una nación! 

Sudáfrica ha sido una nación democrática desde 1994. Desde hace veinticinco años, la gente de este hermoso país ha tenido que aprender a vivir y trabajar juntos por un futuro mejor. No ha sido fácil, pero "vivimos y luchamos por la libertad", como nuestro himno nacional declara.

Durante nuestra transición a la democracia en 1994 hubo mucho miedo; las tensiones eran muy fuertes y había una gran inquietud por la posibilidad de que estallara una guerra civil. Muchos coincidían en que la transición pacífica podría atribuirse a la oración. Las iglesias de todo el país, de todos los orígenes y denominaciones se unieron para orar a pesar del caos, la incertidumbre, la desconfianza y la política. Y todo lo que el enemigo pretendía para mal, Dios lo usó para bien. Creo que la promesa de Dios en 2 Crónicas 7:14 marcó la diferencia. Dios escucha y contesta la oración. 

Veintitrés años después de la instauración de la democracia, el 22 de abril de 2017; el cuerpo de Cristo se unió una vez más para clamar por nuestra nación. Un millón de creyentes se reunieron en una granja en medio del campo para interceder, ¡y Dios escuchó!

Desde entonces, ha habido otras dos reuniones de oración similares. Una fue en Ciudad del Cabo en 2018. Allí le pedimos a Dios que trajera lluvia a la región azotada por la sequía, pues la ciudad estaba a punto de quedarse sin agua potable. En 2019, las presas en el área estaban cerca del 80 por ciento de su capacidad. Es un milagro. ¡Nuestro Dios es el que escucha! 

El segundo suceso histórico fue en octubre de 2018, cuando se llevó a cabo una reunión de oración masiva a las afueras de Pretoria. Le pedimos a Dios que interviniera porque la corrupción había alcanzado niveles alarmantes y estaba paralizando la economía y el crecimiento del país. Con el desempleo en su nivel más alto, la nación estaba una vez más de rodillas. Dos meses después del evento de oración, el entonces presidente fue destituido y se han dado muchas iniciativas para que el país avance. 

Ver a Sudáfrica pasar del apartheid a la democracia, de la sequía a la fertilidad y de la corrupción a la integridad, no ha sido fácil. Pero como nación hemos aprendido que nuestro Dios nos escucha, aun y cuando los tiempos son difíciles. 

Una vez más, estamos clamando a Dios por nuestra nación, por un sinnúmero de vidas afectadas por la violencia y la opresión. Pero nos alienta la promesa que se encuentra en la Palabra de Dios de que la oración tiene poder.

Petición de oración:

Dado que Sudáfrica tiene una población tan rica y multicultural, ora a Dios que abra las puertas para llevar las Buenas Nuevas de forma oportuna a las diferentes etnias, generaciones y grupos socioeconómicos presentes en nuestra nación.