DESCANSA EN LA ESPERANZA

Por Margarita Perez

Solo en Dios halla descanso mi alma; de él viene mi esperanza.”—Salmos 62:5 (NVI)

Como mujer soltera que vive sola, me despierto cada día con el silencio de un hogar tranquilo. Sin embargo, a medida que transcurre el día, mis emociones y mis circunstancias hacen un gran ruido en mi corazón y mente. Cuando esto ocurre, acabo teniendo conversaciones. Algunas las tengo conmigo misma, en las que recuerdo a mi alma las promesas de Dios, y otras las tengo con el Señor, en las que derramo mi corazón por la tristeza que siento cuando las cosas no salen como yo quiero. 

En el pasaje de hoy, vemos a David teniendo una conversación con su alma; su hombre interior. El Salmo comienza con estas palabras llenas de verdad: "Solo en Dios." Muchas pondrán su esperanza en Dios más alguien o algo más, pero nuestra esperanza debe estar solo en Dios. Cuanto más satisfechas estemos en Él, mejores decisiones tomaremos.

David se recuerda a sí mismo los atributos de Dios, seguido de un desahogo de su afligido corazón hacia el Señor. Luego se dirige a su alma diciendo "espera en silencio". Deberíamos aprender de esto. Nosotras también podemos silenciar nuestras emociones e inseguridades y elegir permanecer en silencio en Dios, en Su carácter inmutable, en Su amor y poder firmes, pero sobre todo, en Su providencia y soberanía.

A lo largo de tu camino de fe, has tomado la mano de tu Salvador. Has experimentado Su presencia infalible. Lo has visto responder a tus oraciones y enjugar tus lágrimas. Él ha intervenido a tu favor una cantidad innumerable de veces. Y sin embargo, hoy en día, puedes sentirte llena de incertidumbre, por lo que es difícil mantener la esperanza.

Si ese es tu caso, tómate el tiempo hoy para aquietar tus emociones, para invitar a tu alma a esperar en silencio, y para someterte tranquilamente a Jesús. Puedes creer en el amor y la voluntad que Él tiene para ti, sin tratar de forzar las cosas a tu manera.

La esperanza significa esperar con expectativa la respuesta de Jesús, y a que Él sea tu hacedor de milagros. Esperar en Dios significa fijar tu corazón en Su Palabra. Cuanto más medites en Sus promesas, menos darás pie a tus dudas y temores.

Que tu esperanza en Dios sea un ancla segura y firme para tu alma.

Detente y reflexiona: ¿Estás obsesionada con lo que esperas en lugar de en Quién esperas?

Practica y ora: Escribe una oración donde compartas con Dios lo que te impide tener una esperanza anclada en Él.