El Retorno: Nunca es demasiado tarde y nunca estás demasiado lejos. https://my. bible. com/reading-plans/1942-the-comebackMuestra

Nunca es tarde

Sansón fue escogido por Dios para hacer algo fenomenal para Su pueblo y tenía dos grandes cosas a su favor: (1) un gran llamado y (2) un poder increíble. Dentro de ese potencial, Sansón hizo algunas cosas asombrosas. Mató a un león con sus propias manos. Mató a 30 hombres por sí solo. ¿Cuántas personas que conoces podrían enfrentarse treinta contra uno y salir ganador?

Pero había algo en Sansón que lo derribaría cada vez. Además de su poder inusual y su llamado de Dios, una gran lucha interna se desencadenaba dentro del hombre—una lucha relacionada a las mujeres. Externamente, el favor de Dios estaba en Sansón y Dios todavía lo usaba. Pero interiormente un huracán se estaba preparando.

Este huracán interno lo condujo a los brazos de Dalila, quien lo traicionó con el enemigo de Israel, los filisteos. Sansón se vino abajo en gran forma. Él había sido llamado y apartado por Dios desde su nacimiento para dirigir a Su pueblo en tiempo de gran necesidad, pero al final de su vida Sansón fue cegado, puesto en prisión y usado para mover el molino de grano de los filisteos. El motor interno que lo llevó a una relación ilícita con mujeres una y otra vez, finalmente acabaron con él.

Las consecuencias del pecado fueron muy reales para Sansón. Fue cegado y condenado a ser esclavo. Pero Dios siempre es más grande que cualquier consecuencia. La historia de la redención de Dios es para todo aquel que pone su confianza en Jesús para vida y salvación. Satán nos puede derribar, pero nos levantaremos. La verdadera historia es que Satanás caerá definitiva y eternamente.

La historia de Sansón finaliza en el templo de Dagón. Ahí, el antiguo juez de Israel dijo, “Ponme donde yo pueda sentir las columnas que sostienen al templo, para que yo pueda inclinarme sobre ellas” (Jueces 16:26).

El templo estaba lleno, y habían unos tres mil espectadores más en el techo para este gran evento. Sí, la situación había salido fuera de control para Sansón. Sí, él había abandonado el llamado de Dios para su vida y enfrentado las consecuencias, pero reconoció que Dios todavía era Soberano y capaz de hacer algo maravilloso en su vida.

En el templo de Dagón, Sansón oró. ¡Y qué oración fue ésa! “Dios soberano, recuérdame.” (Jueces 16:28) ¿No fue eso lo que el ladrón en la cruz exactamente oró en su historia de retorno? “Recuérdame.”

En su último respiro, el poder de Dios regresó a él. La liberación del pueblo de Israel comenzó con la canción del retorno de Sansón. Lo que él no había hecho en toda su vida, lo hizo en su muerte, porque nuestro Dios es el Dios del retorno.

Esa es nuestra lección. Nunca es tarde. Nunca estamos demasiado lejos. No nos hemos extraviado demasiado lejos. Dios es siempre bueno y siempre nos recuerda. Nuestra oración no es para vengarnos de un grupo de gente, sino para ser fortalecidos una vez más para poder vivir para la gloria de Dios. Nosotros arremetemos con todo nuestro poder contra cualquier columna de piedra que nos mantenga confinados. Con el poder de Dios renovado en nosotros, los muros de nuestras prisiones se vienen abajo.

Responde

¿Qué se puso en medio para que Sansón cumpliera todas las cosas que Dios tenía guardadas para él? ¿Cómo permitió Sansón gradualmente que la tentación lo derribara e inutilizara completamente?

¿De qué maneras usa el enemigo a la tentación para conducirnos cada vez más lejos en el camino equivocado? ¿Por qué es esta una táctica tan efectiva?

¿Cuál fue el imponente retorno de Sansón? ¿Qué nos revela su historia acerca de la gracia y misericordia de Dios a pesar de sus fallas?

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