Buenas Nuevas: Ánimo para un Mundo en CrisisMuestra

Dios tiene la eternidad para nosotros

Hay un viejo dicho atribuido a Benjamin Franklin que dice que hay sólo dos certezas en la vida—la muerte y los impuestos. De todas las personas que han vivido y vivirán en la tierra, 100% de ellas morirá. Si las matemáticas no son tu fuerte, 100% significa todos. 

Todos pasarán la eternidad en algún lugar, pero muchos no consideran esto cierto mientras viven. Hay quienes piensan que el presente es la razón por la que vivimos. Piensan que este es su hogar, pero como seguidores de Jesús sabemos que este no es nuestro hogar. El apóstol Pablo nos dice que nuestra “ciudadanía está en el cielo” (Filipenses 3:20 NVI). No fuimos hechos para esta tierra sino para estar en ella temporalmente para la gloria de Dios. 

Se siente extraño decir que la vida de una persona es un período temporal, ¿no es así? Ciertamente, alguien que vive 80 o 90 años ha tenido una buena y larga vida. Bueno, cuando lo comparas con la eternidad, no es mucho. Entonces, ¿Qué tan larga es la eternidad? Muy larga. De hecho, va más allá de nuestra comprensión humana. Es como el infinito en los números, sólo sigue y no se detiene. Eso es la eternidad. 

Para alguien que ha aceptado a Jesús como Salvador y Señor de su vida, la eternidad con Dios en el cielo es una realidad impresionante y llena de esperanza. Aun con el gozo de la eternidad que espera, el estrés y preocupaciones del mundo nos pueden desviar y poner nuestra mirada en el presente. Por eso Pablo nos dice en 2 Corintios 4:17 que nuestros “problemas de hoy son pequeños y no durarán mucho.” Luego, en versos posteriores continúa diciendo que deberíamos “poner la mirada en lo que no podemos ver,” nuestro futuro en el cielo, porque “lo que vemos acabará pronto, pero lo que no podemos ver será por siempre.” ¡Cuánta esperanza debe darnos esto! 

Uno de los himnos cristianos más populares es Amazing Grace. El verso final dice:

Cuando hayamos estado allí diez mil años, brillando como el sol
no tendremos menos días para adorar a Dios que cuando iniciamos.

¡Imagínalo! Luego de 10,000 años en la eternidad, no habremos ni rozado la superficie de lo que vendrá. ¡Es absolutamente impresionante! Lo que pasa en el presente es sólo una pequeña parte que no será notoria una vez adentrados en 10,000 años de eternidad. 

Ajustemos nuestra mirada de las dificultades en la tierra a la esperanza del cielo, porque cuando lo hacemos, todo lo demás palidece en comparación con lo que Dios tiene preparado para nosotros quienes le llamamos Señor.

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