[Serie Confiado] Confianza en la oraciónMuestra

Oremos los unos por los otros

En la Palabra de Dios se nos anima a orar por nuestro carácter, nuestras necesidades y nuestros líderes. Pero eso no es todo. También se nos enseña que debemos orar por los que nos rodean y por los que están luchando con el pecado. Dios nos dice que oremos por nuestros hermanos y hermanas, no solo para bendecirles cuando le están sirviendo con éxito, sino también para orar por ellos cuando están pecando. La Palabra de Dios nos instruye a orar por aquellos que amamos cuando obviamente están equivocados.

En otras palabras, en lugar de discutir o chismear sobre alguien que está yendo por mal camino en estos momentos, debemos orar por dicho hermano y hermana. Dios puede tener misericordia de nuestros seres queridos a través de nuestra oración. Dios también puede cambiar sus corazones y guiarlos a través de nuestra oración. La oración realmente logra milagros en nuestras vidas y en las vidas de los demás.

La Biblia está llena de ejemplos de esta verdad. En el Antiguo Testamento, Moisés oró por el pueblo de Israel cuando pecaron para que Dios tuviera misericordia de ellos. Dios libró al pueblo de su ira debido a la intercesión de Moisés. Jesús oró por Pedro la noche en que éste último lo traicionó. Sabemos que Pedro posteriormente se convirtió en uno de los más grandes apóstoles de la Iglesia primitiva. Nuestro Señor incluso nos dijo que oremos por nuestros enemigos y por aquellos que nos persiguen.

Podemos orar tanto por creyentes como por quienes no lo son cuando les vemos cometer pecado. Si un individuo que peca es cristiano, Dios puede guiar el corazón de esta persona hacia su verdad y arrepentimiento a través de nuestra oración. Si una persona por la que oramos no es cristiana, Dios puede guiar a esta persona al conocimiento salvador de Cristo. A veces, es posible que no estemos seguros de cómo orar por una persona que vemos mal. Tal vez, estamos involucrados en la situación y estamos heridos. En tales casos, la Escritura nos dice que solicitemos la ayuda del Espíritu Santo; Él intercede por nosotros cuando no sabemos cómo orar.

Nuestra oración puede literalmente salvar una vida. Nunca debemos subestimar la oración de una persona justa. La Palabra de Dios nos dice que nuestra oración tiene gran poder. Por lo tanto, debemos usar el poder de la oración para interceder los unos por los otros.