El libro de hombres de Stephen Mansfield Muestra

Reírse; contar chistes, hacer bromas y contar historias son algunas de las mejores experiencias de la vida. Enriquecen nuestros días, nos unen, nos enseñan y hacen que la vida sea más dulce y llevadera. Son los regalos de Dios y los frutos de la humildad y el asombro, porque estos solo son posibles cuando vemos las fallas del mundo, pero nos contentamos con el conocimiento de que, incluso las fallas, tienen un propósito en el plan de Dios. Podemos relajarnos y reír, hacer un chiste o contar una historia graciosa porque sabemos que nuestra seriedad no cambia nada. Dios reina, y somos libres para deleitarnos en este hecho y usar el humor para soportar la forma como son las cosas mientras esperamos la perfección que viene.

Los hombres genuinos entienden el poder y el significado del humor. Algunos tienen más gracia para bromear y contar historias que otros, pero todos podemos, al menos, entender por qué es importante el humor, lo que hace para el alma del temeroso y el herido, y por qué es tan esencial para lo que el hombre fue hecho para hacer. El humor nos permite aliviar el corazón, alentar a nuestros hijos cuando fallan, aliviar el estrés de nuestras esposas, motivar a los jóvenes y unir a los amigos. El humor también nos permite drenar el terror de nuestras almas antes de salir a la batalla.

También puede ser una herramienta para aprovechar el momento para un bien mayor.

Desafío: considere por un momento su propio sentido del humor. ¿Ha puesto este valioso don al servicio de la ira, la amargura y el odio? ¿Utiliza el humor solo para herir y controlar? Si es así, límpiese de esto. Arrepiéntase delante de Dios, pida perdón a los que ha herido y empiece a usar su don del humor para fines más nobles.