El libro de hombres de Stephen Mansfield Muestra
Caballeros, permítanme liberarlos de una carga, la carga de la historia que creen conocer.
A todos se nos ha hecho un gran perjuicio. Nos han enseñado lo que llamo la versión de la historia de las estatuas. Con esto, me refiero a que nos han enseñado una versión de la historia que presenta los héroes del pasado como gigantes morales que salen perfectos del vientre y que han logrado el éxito casi sin esfuerzo. Esto no nos ha servido para bien.
Nadie quiso hacer este daño. A nuestros maestros de historia, probablemente, les enseñaron que tan solo estaban honrando a grandes hombres y mujeres de nuestro pasado. Pero la mayoría nos enseñaron sobre estatuas, en lugar de seres humanos, gigantes sin cicatrices que lograron fama y conquistaron como si nunca hubiera habido duda sobre su destino.
No es así. Escúcheme. Eso es una mentira.
Los grandes héroes del pasado que usted ha llegado a admirar fueron, todos, seres humanos patéticos que recordamos solo porque declararon la guerra a alguna parte patética de su vida. Y si no entendemos esto, nos queda creer que algunas personas son destinadas a ser extraordinarias, pero que la mayoría de nosotros no lo somos y que, aquellos de nosotros que no lo somos, deberíamos conformarnos con cumplir nuestros deberes y archivar cualquiera sea el sueño que haga latir nuestro corazón.
Lo vuelvo a repetir. Es una mentira.
Dios establece destinos en el cielo, pero esos destinos tienen que ser puestos en marcha sobre la tierra un minuto arduo tras otro. Nos cansamos. Sangramos. Nos afligimos. Tenemos que conquistar cada paso. Nadie recibe un pase gratis. Nadie puede ponerse delante de la fila, aunque tenga una estatua. Todos son imperfectos...
...Los verdaderos hombres se conocen a sí mismos, se esfuerzan por entender la singularidad que Dios les dio y su estilo personal de hacer daño, y aceptan que siempre serán una obra en progreso, siempre serán un proyecto de construcción de un solo hombre que nunca llega a su finalización en esta vida. No se desesperan. No se conforman. No esperan la perfección de sí mismos; entienden que el destino está en las manos de Dios. Además, también entienden que estos destinos se forjan en la batalla del hombre contra los enemigos de su alma.
Desafío: aconsejado por sus amigos y pastores, prepare un plan de acción. Declare la guerra a las debilidades e imperfecciones de su vida. La mayoría de nosotros tenemos demasiados defectos para poder atacarlos todos de una vez, pero al identificar los que más socavan su progreso para ser un hombre genuino, usted habrá establecido un objetivo para su plan de batalla.
Acerca de este Plan
Una guía hacia la verdadera masculindad. Plan de lectura de 14 días.
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Nos gustaría agradecer a HarperCollins por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.editorialhccp.com/