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¿Cómo nos enseñó Jesús a orar?

Jesús nos enseñó a orar de este modo: “Padre Nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, venga tu reino, que se haga tu voluntad como en el cielo, también en la tierra. Danos hoy nuestro pan de cada día. Perdona nuestras ofensas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores. No nos dejes caer en tentación y libranos del mal".

Muchos de nosotros hemos escuchado la oración de nuestro Señor—y muchos de nosotros la hemos repetido muchas, muchísimas veces. Pero, ¿nos hemos detenido a considerar lo que estamos diciendo?

Primero, necesitamos recordar que es la única oración que Jesús enseñó explicitamente a Sus discípulos. Por lo cual es importante que pongamos atención a este ejemplo que Jesús nos dio.  

Y Él inicia con algo simple y central: “Padre Nuestro…”. Es algo muy básico y al mismo tiempo, extraordinario. Después de todo, ¿no era Jesús el supuesto Hijo de Dios? Entonces por qué nos está enseñando a orar, “Padre Nuestro…?”. La razón es muy profunda.

Jesús nos está enseñando a orar en base a la verdad que Su ministerio vino a conquistar: ¡Redimirnos como hijos e hijas de Dios!

Pero, ¿qué significan las siguientes líneas? Son un poco más complicadas— las que hablan de la santidad del nombre de Dios, de Su reino venidero y de que se haga Su voluntad en la tierra como en el cielo... En realidad, todas se refieren a una cosa: Dios pretende inundar el mundo entero con la vida de Su reino celestial, y quiere que pidamos por ello.

Las siguientes líneas son bastante sencillas. Pedimos y confiamos que Dios nos dará el pan/sustento de cada día. Perdonamos a los demás y pedimos no caer en la tentación de pecar contra nuestro Padre Celestial.

Pero hay dos puntos clave que son fundamentales para toda la oración: Dios es nuestro Amado Padre y quiere establecer Su reino celestial en la tierra así como es en el cielo, y Su plan es hacerlo a través de nosotros.

Así que, al final de la oración, sabemos quiénes somos y qué estamos llamados a hacer. Somos hijos de Dios y estamos llamados por el Espíritu a establecer Su reino en la tierra como en el cielo.

Dedica un tiempo hoy a orar el Padre nuestro y haz una pausa para reafirmar con tus propias palabras lo que significa para ti.