Aventura

Soy creyente firme de que Dios está buscando constantemente amigos que se quieran unir a Su aventura. No creo que Él esta allá en el cielo, sentado en un trono grande, dando órdenes sin siquiera una preocupación. Él está estrechamente involucrado en, e inspirado por los detalles de nuestras vidas, y tiene planes estupendos para cada uno de nosotros.  

Muchos de nosotros estamos encasillados en una lista de cosas que creemos que tenemos que hacer en esta vida, y no queremos ni siquiera considerar cualquier otra cosa fuera de esa lista hasta que nuestras propias tareas sean cumplidas. El alcanzar un cierto nivel de trabajo, cierto número de niños, cierta cantidad de ahorros, etc. – estas cosas pueden consumir años de nuestra existencia.

¿Pero qué tal si Dios está esperando emocionado, deseando que tú mires hacia arriba y veas que hay una vida de aventura esperándote? Una vida llena de retos, donde verdaderamente puedes verlo a Él trabajando cada día. Estoy convencida que Dios es un sastre – haciéndonos para una aventura única. El reto hoy es de identificar la razón por la posición en que nos encontramos. Si estamos trabajando hacia nuestra propia definición de lo que necesitamos y no podemos movernos fuera de eso, entonces hemos perdido el punto. Hemos sucumbido al corre corre de perseguir una red de seguridad terrenal, pero hemos perdido nuestro llamado y destino.  

Es válido buscar llenar necesidades terrenales, pero podemos olvidar una cosa: Dios no nos invita a una aventura y después nos abandona. ¡Él tiene la intención de proveer para sus hijos, exactamente de la misma manera que nosotros esperamos proveer para los nuestros, excepto que Él tiene la capacidad de hacerlo en abundancia! Podemos ser tentados a conformarnos con las provisiones que podemos conseguir para nosotros mismos, en vez de darle a Dios la oportunidad de proveer más abundantemente de lo que nosotros podríamos esperar.

Si tenemos un trabajo que sabemos es sirviendo el propósito de Dios primero, aunque sea indirectamente, y tenemos pasión y visión por lo que hacemos cada día, entonces vamos por el camino correcto. Esa es la aventura. ¡No estamos supuestos a vivir la mayoría de nuestras vidas trabajando duro para alguien más, estamos supuestos a vivir por nuestro maestro celestial, asociándonos únicamente en una jornada hecha a la medida por esta vida, para el beneficio del Reino!

Hay temporadas donde estamos supuestos a servir la visión de otra persona. Nuestro llamado puede incluir el estar “bajo” otra persona por un tiempo, donde no son nuestros sueños que estamos viviendo, sino las de ellos a quien servimos. Pero, aún en esos momentos podemos adueñarnos de este llamado, como Eliseo, Jonatán o Timoteo.  

Toma tiempo hoy para analizar las razones de tu posición y ve si hay ajustes que tienes que hacer.