¿Está abatido hasta el polvo?Muestra

 «Susténtame según tu Palabra»

El campeón coloca dos golpes agudos al tórax y luego absorbe un débil contragolpe del retador. Siente el cansancio de su oponente, el campeón se pone en posición para finalizar la contienda. Busca en su interior esa reserva oculta de fuerza que poseen los campeones, el campeón desencadena una serie furiosa de golpes. El cuerpo del retador se estremece con cada puñetazo. El campeón continúa con un gancho de derecha que atina directamente en la mandíbula de su oponente.

No existe energía alguna en el joven retador, que pueda vencer la fuerza de gravedad que lo lleva directamente a la lona. El árbitro se acerca sobre él de inmediato. No ha perdido el conocimiento, y está desesperado por levantarse una vez más. El campeonato está en juego, junto con todo por lo que ha luchado durante años de adiestramiento e innumerables peleas contra oponentes de poca fama. La cuenta del árbitro parece durar una eternidad.

¡Si tan sólo pudiera levantarse una vez más! «5... 6... 7». Él sabe que tiene que levantarse. ¡Si tan sólo su cuerpo respondiera! No importa cuánto arda el deseo en su interior, su mayor deseo no es suficiente para hacer que su cuerpo se levante de la lona. «8... 9... 10».

Es posible que usted nunca haya tomado parte en un campeonato, de una pelea de boxeo, pero seguramente habrá experimentado el mismo sentimiento en forma espiritual. Ha sido abatido y no puede levantarse. A veces olvidamos que enfrentamos a un enemigo formidable. Él ha eliminado a contrincantes mucho más fuertes que usted.

Considere, cómo el salmista inicia esta cuarta estrofa. «Abatida hasta el polvo está mi alma; vivifícame según tu palabra». ¡David sabe lo que se siente! Considere el versículo 28, «Se deshace mi alma de ansiedad; susténtame según tu palabra». La mayoría de nosotros no tendríamos problema en identificarnos con las dos condiciones. ¿Qué hacer cuando uno está derribado y bajo cuenta, o luchando bajo una carga pesada? Si ponemos las palabras de David en un contexto más contemporáneo, estos versículos describen a alguien que se encuentra consumido y cargado. Nuestra meta es el aprender cómo usa Dios estas dos condiciones desesperadas para edificarnos.