[El amor de Dios] Constante e irrevocableMuestra

El amor de Dios saca nuestra adoración

La adoración es una parte esencial de nuestras vidas cristianas. Adoramos a Dios en nuestras oraciones, en nuestras canciones, en nuestra vida, adoramos a Dios como una expresión de agradecimiento y asombro de quién es él y por cómo nos ama. La adoración es una respuesta de nuestros corazones, almas y espíritus, a la bondad y fidelidad de Dios. Es una respuesta a quién es él, a su carácter. Él es el único que merece nuestra adoración.

Como seres humanos, es una necesidad natural y un instinto de adorar algo. No necesariamente Dios. Muchas personas que no conocen a Dios adoran a otros dioses u otras cosas. A veces puede que ni siquiera nos demos cuenta, pero estamos adorando otras cosas en lugar de Dios. Nuestros trabajos, nuestras familias, dinero, éxito, cosas materiales. Puede que no nos dobleguemos a ellos, ni les cantemos canciones de alabanza, pero en nuestros corazones tienen un lugar destinado que debería ser solo para Dios.

La adoración es una condición del corazón. Si entendemos el amor de Dios por nosotros, cómo él siempre nos amará sin importar qué, entonces nuestros corazones de continuo estarán llenos de adoración hacia él. Es como cuando descubres que alguien te hizo algo bueno, algo inesperado, tu corazón se emociona, se vuelve agradecido y feliz; todo lo que puedes hacer es agradecer a esa persona y decir cosas buenas sobre ella, porque reconoces lo que hicieron por ti. Lo mismo sucede con Dios. Él nos ama con un amor inmerecido, inexplicable e inmutable, ¡todos los días de nuestras vidas! Por lo tanto, ¡es natural que nuestros corazones estén llenos de adoración hacia él!

Tómate un momento, piensa en el amor de Dios en tu vida y en todas las formas en que puedes agradecerle y adorarlo con tu vida. No solo a través de canciones y música, sino a través de la forma en que vives tu vida, la forma en que tratas a las personas, la forma en que estás con tu familia y amigos, la forma de hablar, la forma en que estás en el trabajo, en la escuela, cuando estás conduciendo tu automóvil, cuando estás en el supermercado. Piensa en formas prácticas en las que puedas adorar a Dios con toda tu vida.

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