[El amor de Dios] El hijo pródigoMuestra

La hierba es más verde

El hijo pródigo eligió su propio plan, en lugar de elegir el plan de su padre para su vida. Su hermano mayor, en cambio, siempre siguió el plan de su padre para trabajar y cuidar las cosas en casa. Tal vez el hijo pródigo pensó que el pasto era más verde en otro lugar, fuera de lo que estaba acostumbrado, lejos de los planes de su padre.

Todos podemos mirar la vida de otra persona y pensar: «Ojalá tuviera su auto. Desearía tener su casa. Desearía tener su vida. Desearía tener su trabajo. Desearía tener a su cónyuge. Desearía tener a sus hijos. Desearía tener sus regalos. El césped allí es más verde. Si solo tuviera eso, entonces no tendría esto y no me sentiría así».

Creemos que el pasto es más verde en el otro lado. Eso es probablemente lo que pensó el hijo pródigo. «Todo esto que tengo con mi padre, si fuera a un país lejano...». Pero este país lejano es un espejismo. Es el espejismo de pensar: «Si solo tuviera ese trabajo. Si solo luciera así de atractivo. Si tan solo tuviera esa notoriedad, esa fama. Si solo tuviera esa cuenta bancaria con ese dinero. Si tuviera todas esas cosas, finalmente estaría satisfecho».

A John D. Rockefeller se le preguntó una vez cuánto dinero se necesita para hacer feliz a una persona. Él dijo: «Un dólar más». Siempre queremos este espejismo de salir a pastos más verdes. No nos damos cuenta de que la vida es vida, que las cosas pueden ponerse difíciles a veces y que, realmente, el césped no es más verde. No tenemos que ir a un país lejano. Siempre queremos más, pero a veces tenemos más que suficiente y no podemos verlo.

Dios siempre nos da lo que necesitamos, siempre nos está cuidando bien y tiene los mejores planes para nuestras vidas. Él sabe lo que necesitamos y cuándo lo necesitamos. También sabe lo que otras personas necesitan y cuándo lo necesitan. Lo que alguien más tiene puede ser excelente para esa persona, pero no es lo mejor para nosotros.

Pensamiento del día

Que siempre estemos agradecidos por lo que tenemos, sabiendo que todo lo que poseemos fue dado por Dios. Él sabe lo que necesitamos antes de que nos demos cuenta de que nos hace falta.