[Admirable] Exploremos los misterios de encontrar a DiosMuestra

Encuentro

Dios apareció en el mismo lugar de siempre, al igual que todos los días al atardecer y comenzó su paseo por el jardín. Su movimiento fue prominente y poderoso.

Adán lo escuchó. «¡Rápido, escondámonos!», advirtió a Eva.

Siempre disfrutaron de su relación e interacción con él. Encontraron tanta felicidad y cariño mutuo. Hoy fue diferente. Algo estaba mal.

«Te veo detrás de los árboles», dijo la Voz. «¡Sal de allí!».

«¿Qué has hecho?», preguntó. Sabía la respuesta a eso, pero quería registrar que su desobediencia tenía consecuencias.

«Estás desterrado de mi presencia», anunció la voz. «Ya no puedes estar cerca de mí».

Fue un momento muy, muy triste cuando Adán y su esposa abandonaron el jardín fértil de la provisión abundante de Dios.

Adán bajó la cabeza, mientras entraba en el polvo de un mundo nuevo en el que tendrían que trabajar duro para construir una existencia para sí mismos.

«¿Qué acaba de pasar?», preguntó a Eva. «Es difícil de creer. ¿Lo volveremos a ver alguna vez?».

Para evitar que Adán regresara, poderosos querubines estaban parados en la entrada del lugar donde Dios se reveló. Una espada llameante amenazaba a cualquiera que intentara entrar de nuevo en la presencia y comer del árbol de la vida. El hombre ahora era un fugitivo de su presencia.

El secreto está fuera: Dios ha provisto una forma para que la humanidad regrese a su presencia revelada. Dios extraña la interacción y la intimidad que tuvo una vez con Adán. La invitación está fuera: Ven ante su presencia con corazón agradecido y cantos alegres.

Jack Hayford, autor y estadista, dijo una vez: «La adoración se trata de un encuentro. Se trata de venir a la presencia de Dios». Hay una conexión bíblica entre cantar alabanzas y la presencia de Dios. Cuando adoramos en la canción, la presencia de Dios se manifiesta entre nosotros (Salmo 22:3). Millones de cristianos en todo el mundo están descubriendo el poder de la presencia de Dios en sus vidas al adorar al Señor en privado y en público.

Tu Padre celestial ha provisto un plan para que regreses a la presencia revelada de Dios una vez más. El secreto es acercarte a él en canciones de tu corazón llenas de adoración y afecto hacia él.

Canta conmigo: Padre celestial, canto tus alabanzas con un corazón agradecido. Anhelo conocerte más íntimamente y pasar tiempo contigo. Quiero encontrar la maravilla de tu presencia mientras canto tus alabanzas alegres. En el nombre de Jesús, amén.