Los que permanecen en mí, producirán mucho fruto Muestra

Discipular no es solo evangelizar

Nuestro encuentro inicial con la vid verdadera nos da vida eterna. La conexión continua, la permanencia en Cristo nos permite crecer en nuestro nivel de intimidad. El fruto de nuestra intimidad será evidente cuando comencemos a poner por obra lo que Jesús nos ha enviado a hacer, discípulos.

Algunas personas confunden discipular con evangelizar. El discipulado es una palabra que debemos madurar mucho más en nosotros hasta que se revele correctamente en nuestro espíritu. Debemos esforzarnos y enseñar la verdad de Dios de tal manera que nos permita llegar a un destino en común, con fuerza y unidos, donde se vea a un Cristo manifestado y no a un montón de creyentes que no entienden cuál es su misión sobre la tierra. 

La motivación que me impulsa a edificar a la gente dentro del reino de Dios es enseñarles a conectarse con la revelación que el Espíritu Santo implantó dentro de su espíritu desde la eternidad. Los mentores simplemente debemos diseñar entornos para que esa revelación personal y particular se pueda manifestar en plenitud en el plano material. 

El verdadero discipulado siempre transcurrirá las 24 horas del día. Evangelizar es una acción meditada y estratégica, pero puntual y limitada. Evangelizar comprende la primera parte de la gran comisión, ir. No podemos olvidar que la gran comisión comprende no solo ir, sino también, hacer discípulos. 

No podemos ser más evangelistas que discípulos, porque el discipulado se fundamenta en una relación de intimidad con Dios y con nuestros mentores. 

Piensa

¿Me sucede que a veces me limito solo a evangelizar y a llevar a aquellos que he evangelizado a la iglesia, pero no me hago cargo de discipular?

¿Estoy siendo discipulado o discipulando a alguien? Si la respuesta a alguna de estas dos preguntas es no, ¿qué voy a hacer al respecto?

Oración

Espíritu Santo, sé mi mentor las 24 horas del día. No quiero servirte a la mitad, quiero darte todo de mí, y quiero servirte con todo lo que tengo y con todo lo que soy. Quiero comprometerme a no solo evangelizar, sino a discipular a aquellas personas que tu has puesto en mi vida. Gracias por los mentores que has puesto en mi vida, enséñame a honrarles para que yo también pueda ser discipulado en tus caminos. Amén.