Los que permanecen en mí, producirán mucho fruto Muestra

Fidelidad y compromiso

Permanecemos en Cristo porque dependemos de él para vivir. Si la rama no está conectada a la vid, muere. La dependencia implica conexión, unión, hay un continuo fluir desde las raíces de la vid hacia las ramas que imparten vida. 

Es a partir de nuestra conexión con la vida de Cristo que podemos servir. No importa si eres líder en la iglesia o si eres un pastor. No podemos implantar la obra de alguien que no conocemos. Así como no podemos servir en el reino de Dios sin conocer a la vid verdadera, tampoco podemos servir en una iglesia y junto a nuestro pastor, si no le conocemos. 

Cuando nos cuesta hacer la obra, el problema no es la dificultar para entender el proyecto o la forma de implementar la visión; es el desconocimiento de la persona de Cristo, porque es quien nos envió a hacer la obra. 

Nuestro enemigo, el diablo, utilizará la desacreditación, como arma para alejarnos tanto de la visión y del servicio, como del líder espiritual que Dios ha puesto sobre nosotros. Cuando estamos ante el ataque de un espíritu de desacreditación personal, la solución para no terminar encerrados en los comentarios de alguien en contra de lo que Dios está impartiendo, es conocer a la persona del Padre. Hay cosas que hacemos los seres humanos que abren la posibilidad de terminar atados al descrédito; pero esta maniobra se cae cuando conocemos a la persona de Cristo. 

Los discípulos se gozaron con los milagros de Jesús, pero cuando empezaron a desacreditar a su Maestro, ninguno permaneció a su lado. Podemos hacer milagros y tratar de hacer la obra del Señor, pero eso no significa que vamos a estar parados junto a la Cruz y dispuestos a morir con nuestro líder. Nuestra fidelidad a Dios y hacia una persona no se desprende de la obra que hacemos, sino del grado de conocimiento y revelación que tenemos de la persona con quien decidimos caminar. 

Jesús amó tanto a sus discípulos que dio su vida por ellos. Este era el nivel de fidelidad y compromiso de Jesús. Por que dio todo de sí, tenía autoridad para pedirle a sus discípulos que también dieran todo de sí mismos y que hicieran lo que él les había ordenado: amarse unos a otros, ir y producir frutos duraderos (Juan 15:16–17). 

Piensa

¿Cómo reacciono frente a la desacreditación tanto del evangelio como de los líderes espirituales que Dios ha puesto sobre mi vida?

¿Cómo evaluaría mi nivel de compromiso y fidelidad al mandamiento de amar a mi prójimo y producir frutos verdaderos?

Oración

Padre Celestial, sé que tu diste todo de ti mismo en la cruz. Lo hiciste aún sabiendo que en ese momento tus discípulos te habían abandonado y que todos te desacreditaban. No escatimaste nada y lo hiciste por amor a mí. Te ruego que me enseñes a darte todo de mí para que también yo pueda comprometerme y serte fiel. Amén.