[Serie Motivados a la vida] Tu enemigo está donde tú lo percibesMuestra

Enfócate en tu próxima conquista

Hay un pasaje en la Biblia – en el libro de Romanos 8:28 – que dice: «Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, los que han sido llamados de acuerdo con su propósito» NVI. 

Siempre, las situaciones de la vida se ganan o se pierden dos a uno, lo que marcará el cambio es tu actitud: 

·  Por un lado, tienes a Dios que te dice: «Tú puedes porque para eso he creado todo lo que tienes a tu alrededor, y así vas a poder caminar hoy y todos los días de tu vida». 

·  Por el otro, tienes el mal, las tinieblas, los que manejan las circunstancias de la vida – las noticias en los diarios, la radio o la televisión – que te dicen que no puedes, que cada vez estamos peor, que eres hijo de las circunstancias, que estás marcado por la mala suerte, etc. 

Hasta aquí, vas uno a uno. La diferencia estará en dónde tú pongas esa palabra que Dios te da y ahí́ es donde ganas, porque lo que determina tu vida es tu nivel de fe. Por eso Dios te dice: «¡Enfócate en mí!».

Para algunos, la crisis es una oportunidad para escalar a un nivel más alto, para otros es una desgracia. En este último grupo de personas reina la queja, la negatividad. Hablan y confiesan lo que hay en sus corazones y esto debilita la fe. 

En cambio, cuando hablas de victoria, tu fe crece y se activa, te hace sentir como un gigante invencible, porque Dios está contigo, y con él no hay batalla ni guerra que se pierda. 

Hay muchas cosas que debemos corregir en nuestras vidas, tenemos que cambiar algunas y superar otras, pero si no hacemos esos cambios entonces todo seguirá igual. Dios tiene que procesarnos por su Palabra, porque ésa es la única manera de producir cambios. Es la verdad de la Palabra de Dios, la que nos hará libres de esos pensamientos contrarios a lo que Dios nos dice. Es la permanencia en su Palabra, lo que nos permitirá ganar esa batalla que se disputa en nuestras mentes.

¡Es posible vivir sin fe! ¡Es imposible agradar a Dios sin fe! Somos libres de pensar como queremos, de eso se trata el libre albedrío, pero no somos libres de las consecuencias de nuestro modo de pensar, hablar y decidir. 

Eres más que vencedor por medio de Cristo. No hay nada que te pueda separar del amor de Dios, por lo tanto, el amor de Dios y la confianza puesta en él, te librarán de todo temor. ¡Enfócate en tu próxima conquista!