[Serie Motivados a la vida] Tu enemigo está donde tú lo percibesMuestra
Enfocados en la Palabra
A veces nos parece que la vida nos supera. Miramos a nuestro alrededor y nos sentimos rodeados por diferentes circunstancias que son totalmente contrarias a la promesa que Dios nos ha dado. Y así, comenzamos a creer que Dios es injusto. Porque nos pasan cosas que no entendemos, y miramos para todos lados buscando las respuestas, la persona, la manera o cualquier cosa que nos saque de esa situación.
Quédate tranquilo, ninguno es mejor que tú o que yo, simplemente sucede que algunas personas pasaron por la misma situación antes que nosotros y pueden indicarte en dónde está el camino, para que tu vida sea diferente. Presta atención a las próximas palabras: «La amenaza está donde tú la percibes».
El temor ingresa por los sentidos, por algo que viste o algo que oíste, por eso cuando estás pasando por una circunstancia difícil, el Creador te dice: «¡Enfócate en mí! ¡Enfócate en mi Palabra, en mis promesas!».
Lo que produce el desgaste o el estrés, no son los sucesos que te acontecen sino cómo tú miras y percibes esos sucesos y la importancia que le asignas. Por eso cuando vienes al Señor, más que un cambio de vida es un «cambio de percepción de la vida».
En toda la Biblia somos llamados a centrar nuestra mirada en Cristo. A meditar en su Palabra, a proclamar su Palabra, a que nada nos distraiga de la Palabra. Incluso, en el Antiguo Testamento, vemos como el pueblo de Dios fue llamado a escribir porciones de la Biblia en las paredes, en los dinteles de la casa y a meditar en las promesas de día y de noche. Y esto significa que, debemos inclinar nuestro oído a las razones del Señor y guardarlas en el corazón, repetirlas permanentemente y meditarlas.
¡Si pudieras desenfocarte del problema y centrarte en Dios! Si pudieras centrarte en la solución y en la fe, tu estrés y angustia desaparecerían rápidamente. Todos libramos alguna batalla diariamente y de pronto, nos escuchamos diciendo: «El diagnóstico médico es malo... Creo me voy a enfermar, y a lo mejor es grave... Voy a perder el juicio y mi casa... Estoy cansado de buscar trabajo y no encontrarlo...».
Y como comienzas a percibir una amenaza, eso te hace daño. Pero Dios te da un mecanismo, puesto a través del Espíritu Santo, con el cual puedes cancelar esas palabras, esos temores y esos miedos. Comienza a decir: «¡No! Dios es poderoso, Dios tiene una hermosa familia para mí, tengo muchas razones para vivir plenamente en Cristo. Yo decido confiar y fijar mi mirada en el autor y consumador de la fe». La fe viene por oír la Palabra de Dios, declara en voz alta las promesas que Dios te ha dado. Aférrate a ellas y proclámalas de día y de noche.
Meditación del día
¿Qué pensamientos amenazantes estoy percibiendo en mi mente?
¿En qué promesas puedo enfocar mis pensamientos confiando plenamente que Dios obrará a su tiempo y que veré su gloria sobre mi vida?
Escrituras
Acerca de este Plan
Estamos en el mundo, pero no somos del mundo. Estar en el mundo implica que enfrentaremos dificultades. El problema no es el problema en sí mismo, sino cómo tú ves ese problema y la importancia que le asignas. Nosotros elegimos si queremos enfocarnos en nuestra próxima conquista o derrota. Todas las batallas se ganan o se pierden, primero en el corazón y luego en los campos de batalla.
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Nos gustaría agradecer a American Bible Society / El Centro Network por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.americanbible.org/