Cinco simples palabras, separadas por una coma. Con pocas palabras, el escritor del primer libro de la Biblia comienza con una profunda verdad acerca del carácter de Dios.

El escritor pudo comenzar describiendo cómo es Dios, o dónde vive. ¿No son estas las primeras preguntas que nos hacíamos de niños?

¿Es Dios tan grande que impide que se vean las galaxias, o es tan pequeño que puede estar frente a nosotros y no lo vemos? ¿Es Dios transparente o sólido? ¿Vive Dios en una montaña, o tiene una mansión en la parte posterior de la luna?

Pero el escritor omitió todo esto y fue directo al personaje y a la acción.

Dios creó. Léelo otra vez. Despacio como se pueden leer dos palabras.

Dios. Creó.

Explicándolo con más detalle: ¡Dios hizo algo, repentinamente era algo diferente y nuevo y asombroso; saltando, respirando, joven, moviéndose, estaba vivo!

Y con estas pocas palabras el escritor manifestó no solo lo que Dios HIZO, sino lo que Dios ES. Dios es creativo. Y porque nosotros fuimos hechos a Su imagen, lo primero que sabemos acerca de Dios es también lo primero que sabemos acerca de nosotros.

Somos creativos.

Puedes estar en un periodo de cambio, de incertidumbre, preguntándote qué sigue. Pero también sientes una necesidad profunda que te llama a confiar en Dios en ese proceso, a obedecer la voz de Dios hablando a tu corazón a través de las Escrituras o a través del susurro del Espíritu Santo.

Este es el momento para recordar lo primero que sabes acerca de Dios, y lo primero que sabes acerca de ti. Fuiste creado para ser creativo, para ver surgir del polvo una nueva vida, para que las ideas se hagan realidad, para ver que las cosas rotas y desconectadas se renueven y estén completas.

Que hoy esta sea tu oración:

Dios de toda la creación, gracias por el don de haberme creado único entre todas las persona que existen. Gracias por todos los seres vivientes, por la hermosura que observo al detenerme para tocar una hoja, para escuchar la canción de un pájaro, o al ver el invierno convertirse en primavera. Al inspirar el aire recuerdo que es Tu aliento y creatividad lo que me da vida. Cuando exhalo el aire, recuerdo que también debo llevar vida a otros. Gracias por recordarme que obedecerte y dar el próximo paso correcto comienza estando consciente de que soy amado, no por lo que hago, sino simplemente porque soy Tu creación. Amén.

Este devocional fue provisto por Nate Ernsberger de Compassion International, Gerente de Relaciones y abogado de menores.