Mi hijo es diferente: apoyo para los altibajosMuestra
El devocional de hoy es de Heather Brower, una madre que está criando a un hijo autista asombroso, llamado Michael.
Afrontando la ansiedad de los padres
La ansiedad en los padres no es una broma. No estoy hablando sólo de las preocupaciones, pues todos las tenemos, sino de un miedo total, que hace sudar y palpitar. Hace poco más de un año, tuve una ataque de ansiedad que me envío a la sala de emergencias. ¿Qué lo causó? Este pensamiento: no puedo morir.
El punto es que, mi hijo es autista, y soy la persona con la que se siente más tranquilo en todo el planeta. Lo "entiendo" más que nadie. ¿Cómo sería su vida sin mí? ¡No puedo morir! Es un pensamiento que atormenta a cualquier padre que está criando a alguien con necesidades especiales.
He aprendido muchas lecciones sobre la ansiedad en mi vida. No es por presumir, pero soy exagerada cuando se trata de preocuparse, hacer catástrofes y percibir fatalidad. Me gustaría que la ansiedad de los padres no fuera algo con lo que cualquiera de nosotros (mucho menos los que pertenecemos a la comunidad de personas con necesidades especiales) tuviéramos que luchar. Pero, ya que lo es, me gustaría compartir con ustedes algunas lecciones que he aprendido en el camino.
- Suelta. Solo porque no tengas el control no significa que estés fuera de control. ¿verdad? Puede que no estés en el asiento del conductor, pero eso no significa que te estés precipitando a la destrucción. Si le has pedido a Dios que guíe y dirija tu vida, tu Conductor es bueno. Es un buen Padre, y nunca experimenta ansiedad paternal. Suelta y deja que Él te guíe.
- Enfócate en lo que va bien. Una vez que fui a uno de esos espectáculos de aves amaestradas en un parque temático. El entrenador dijo algo que se me quedó grabado:“¿Sabes cómo entrenamos a estas aves para que hagan todos estos trucos?" No es más que un refuerzo positivo. Nunca castigamos a las aves si no hacen bien el truco. "Sólo les damos un regalo cada vez que lo hacen". En lugar de centrarnos en nuestros miedos, tenemos que pensar en las cosas que son verdaderas, buenas y correctas.
- No eres suficiente—¡y está bien! ¿Duele? ¡Espero que no! Por un momento céntrate en la parte de "y está bien". Tú + Más Tú = Solo Tú. Pero Tú + Dios = ¡Suficiente! Deja de dirigir tu cerebro y tus esfuerzos en círculos tratando de pensar en todo y hacer todo. Busca un consejero. Busca un médico con el que puedas platicar. Deja entrar a tu cónyuge y a tus amigos. ¡Así es como cumplimos la ley de Cristo!
- No te preocupes por el mañana. Atiende los problemas de hoy. El hecho de que tu hijo muestre un comportamiento X hoy no significa que mostrará un comportamiento Y mañana. Y si son dos de las palabras más peligrosas para un padre de un niño con necesidades especiales en las que pensar. Hay muchas incógnitas. Es inútil desperdiciar las alegrías de hoy pensando en las aflicciones de mañana. Además, ¿Qué pasa si todo va bien?
- Sonríe. ¿Tu hijo está en medio de una etapa desafiante? Intenta aligerar su "¡NO!” con una pequeña sonrisa. ¿Tu terapeuta tuvo que cancelar cuándo ya estabas en camino? ¡Detente en su área de juegos favorito e improvisa una fiesta con tu pequeño! ¿Quedarse en el hospital otra vez? Trae música, su cobija favorita, su película favorita, un aceite agradable para esparcir, unos plumones para dibujar caras en los cubrebocas del hospital—cualquier cosa que pueda aligerar su ánimo y provoque una sonrisa reconfortante. Es una buena medicina.
- Cuida de ti mismo. No puedes ayudar a tu hijo si no estás bien. Trabajo en el cuidado de mi salud mental y física para poder aplastar mis miedos de morir joven para que pueda estar aquí para mi familia. Y definitivamente tengo que balancear mi salud mental y física con la salud espiritual. Si soy honesta, asistir a la iglesia y adorar junto a mi comunidad ha sido a menudo un sacrificio. ¡Pero cada vez que lo hago, Dios edifica mi fe, fortalece mi espíritu y me llena de gozo para lo que necesite hacer la siguiente semana!
- Busca sabiduría como el oxígeno. Hay días en que los padres con necesidades-especiales simplemente no sabemos que hacer después. Las cosas no van muy bien. Las terapias bien estudiadas no están disponibles. Alguien te envío un correo sobre una "cura milagrosa". ¿Qué sigue? Buscar sabiduría. Por un minuto deja las búsquedas en Google. Llama a un humano real. Habla con tu pastor, con un consejero, un funcionario de escuela, un doctor u otros padres y pide su sabiduría. Pero sobre todo, pídesela a Dios. Él es básicamente el ser más sabio en todo el espacio y tiempo.
- Tanto tú como tu hijo están hechos maravillosamente. ¿Sabes lo que la ansiedad ama decir? “No estás bien". ¿Sabes lo que la ansiedad ama decir aún más? “Tu hijo no está bien". ¿Pero sabes cuál es una gran respuesta? “Mi hijo y yo estamos hechos a la imagen de Dios". Nuestro Creador y Padre celestial diseñó cuidadosamente a todos y cada uno de los seres humanos. Él conoce la forma única en que te creó para ser el padre de tu hijo. Y Él también, conoce la vida única que tendrá tu hijo. ¡Es maravilloso!
- Agradece a Dios como si fuera tu trabajo. Cada día escribe una cosa por la que estés agradecido. Sólo una. Agrega una frase acerca del porque estás agradecido por ello y que estás haciendo lo mejor. Me resulta imposible estar ansioso y al mismo tiempo escribir un diario de agradecimiento. Es otra forma de entrenar tu mente para que se centre y sienta lo que es correcto. Cada día entrena tu corazón para buscar algo más por lo que tengas que estar agradecido. En cualquier momento que no estés seguro de qué escribir, puedes escribir en tu diario, “Hoy, estoy agradecido de que Dios me haya dado la capacidad de elegir ser agradecido. Porque Él es bueno, me ama y puedo confiar en que Él está obrando en todas las cosas para mi bien".
Una última cosa. Si tu ansiedad de padre es cada vez más grande, se combina con otras formas de ansiedad, no responde a las oraciones, te quita el sueño o perturba tu vida cotidiana, es momento de buscar más ayuda. Busca un doctor, un consejero profesional y a un pastor para hablar. Hazlo ahora. Pide ayuda. Asegúrate que tu cuerpo, mente y espíritu están obteniendo la ayuda que necesitan. ¿Necesitas motivación? Mira a tus hijos. Ellos te necesitan.
Diario: ¿Qué salió bien hoy? ¿Qué tienes que agradecer y por qué?
Acerca de este Plan
Este Plan Bíblico es para padres con niños con discapacidades, diferencias o cualquier tipo de necesidades especiales–sin importar en qué etapa estés de tu viaje particular. Lee a otros padres y partidarios sobre cómo lidiar con todos los sentimientos, abordar las pruebas, y disfrutar los triunfos cuando se trata de ser padre de un niño diferente.
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