[Serie Nuestra historia–Un repaso bíblico para católicos] Los Evangelios y el nacimiento de la iglesiaMuestra

Marcos, el Evangelio en acción

Si te gusta el dinamismo y las películas de acción, entonces el Evangelio según San Marcos es para ti. La visión de Marcos se enfoca en un Jesús activo, sanando enfermos, liberando endemoniados, recorriendo ciudades, pueblos y aldeas. 

En Marcos no hallaremos el relato de la infancia de Jesús. Al leer, es claro ver como pasa directamente a su bautismo y da comienzo al relato de su ministerio. De hecho, el comienzo del Evangelio puede parecer abrupto, sin prólogo y sin mencionar al autor. Marcos omitirá el sermón de la montaña y la mayoría de los discursos extensos de Jesús. Su escritura es concisa y se concentra en los milagros, podríamos decir que para Marcos, la acción es más importante que las palabras.

Así como decimos que Mateo parece haber sido escrito para los judíos, podemos afirmar que Marcos fue escrito para los romanos. Los romanos carecían de conocimientos de las profecías en cuanto al Mesías y poco les interesaba saber sobre las extensas genealogías que probaban que Jesús era descendiente del rey David. 

Marcos dará prioridad al mostrar a Jesús manifestando su poder a través de los milagros, a Jesús actuando y conmoviéndose frente a la necesidad. Los discursos y las palabras pueden quedar en la nada frente a nosotros cuando tenemos una clara necesidad. Es la compasión y la empatía lo que mueve a Jesús a mostrar que el reino de Dios ha llegado sobre la tierra. Los enfermos son sanados y los que vivían oprimidos por espíritus malignos eran liberados.

Ya en el tercer capítulo, Marcos nos cuenta que Jesús había sanado a tantos, que todos los enfermos se echaban sobre él para tocarlo. El poder sanador de Jesús, era la prueba que demostraba su procedencia divina. Imagina lo que debe haber sido ver con tus propios ojos pruebas irrefutables de la deidad de Cristo. 

¿Podrías callar semejante noticia? Jesús alimenta más de cinco mil personas, camina sobre las aguas, calma una fuerte tempestad, sana a la suegra de Pedro, libera varios poseídos, sana ciegos y hasta a un muchacho epiléptico. Dignos títulos de cualquier periódico de hoy. 

Hoy, me gustaría que consideres el punto fundamental de la buena noticia que nos comparte Marcos. Este mismo Jesús que obró de manera tan singular, cambiando la vida de quienes tuvieron la oportunidad de ver con sus propios ojos, sanidades, multiplicación de alimentos y más; sigue obrando hoy. 

Jesús no está muerto, resucitó y también hoy sigue obrando en los corazones de aquellos que, ante la necesidad, no dudan, sino creen que este mismo Jesús, tiene el poder de irrumpir en nuestra realidad y obrar milagros. ¡Dichosos los que creen sin haber visto!