Lecciones de mi jardínMuestra
Apoyo
En mi jardín de vegetales cultivo bastantes cosas verticalmente —pepinos, judías, tomates. El cultivo vertical ocupa menos espacio y las plantas rastreras no se extienden sobre la tierra. Esta práctica también ofrece menos oportunidad para los insectos y enfermedades a que se escondan entre la maraña de ramas.
Planto las judías verdes a lo largo de la cerca y espero a que retoñen. Después de que la planta tenga 4-6 hojas brota un tallo largo y delgado. Esta pequeña rama busca algo para aferrarse y apoyarse para continuar con su crecimiento saludable. Si yo no entrenara a esta pequeña rama—a encontrar la cerca—la liana sinuosa se engancharía a cualquier cosa que estuviera en su camino, muy frecuentemente alguna hierba o planta vecina. En su búsqueda hasta se dirigiría a la cortadora de césped o podadora. Algunas veces, los tallos de diferentes plantas se aferran entre sí, lo que les ofrece un poco más de apoyo a las plantas en crecimiento porque una rama sola, indpendiente no encuentra apoyo. Pero la fuerza de los tallos enredados nunca es la misma que el apoyo que obtienen las que se han enredado con una estaca o la cerca.
Así es como funcionan los tallos y los corazones. Ambos deben ser entrenados, porque ambos buscan apoyo. Él tenía tanta esperanza en que lo buscáramos, que Dios nos creó con un profundo deseo por más. Sin embargo, frecuentemente tratamos de llenar el vacío con comida, drogas, alcohol...cualquier cosa que entumezca el dolor o satisfaga los deseos.
Hasta nos sujetamos a otras relaciones para obtener fortaleza y satisfacción. Esto no es sólo una espectativa injusta y una dependencia de otros, sino que las relaciones con nuestros amigos o nuestra pareja corren el riesgo de ser tirantes y agobiadas porque nosotros nos aferramos a ellos para sentirnos seguros y satisfechos.
Necesitamos el apoyo, la fuerza y la seguridad de algo—Alguien—más grande que nosotros mismos, mayor que cualquier otro. Él es estable, seguro e inamovible. Al igual que los tallos son entrenados para apoyarse sobre la cerca, necesitamos entrenar a nuestros corazones a entrelazarse con el Suyo y a aferrarse a Él. Cuando dependemos de Él, ganamos fuerza sobrenatural para soportar hasta las tormentas más fuertes de la vida.
¿De dónde viene tu fuerza? ¿Te estás aferrando a personas o cosas con la esperanza de encontrar seguridad y satisfacción? ¿O estás entrenando tu corazón para que se conecte con Él, que es Fuerza?
Acerca de este Plan
Las plantas y las vides, el agua y la tierra -tantas analogías usadas en la Palabra de Dios rodean la jardinería y las prácticas agrícolas, presentando paralelos para nuestra vida y nuestro corazón. Acompaña a Robin mientras comparte algunos de sus pensamientos a partir de la combinación de dos de sus mayores pasiones: la jardinería y la Biblia.
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