Dos seres.Muestra

 Doblegar los deseos de la carne.

Hemos visto los dos seres que habitan dentro de nosotros, lo que desean hacer y el pago de si nos dejamos llevar por uno u otro; ahora es tiempo de tomar decisiones. Debemos decidir qué es lo que vamos a hacer, cual es el camino que deseamos seguir: el del placer y deseo que nos lleva a la condenación, o el camino de santidad y justicia que nos lleva a la vida eterna.

El Apóstol Pablo sabía que no hay nada seguro en esta vida, solo el amor, la gracia de Dios y el que somos seres mortales que pasan por la muerte física, es por ello que él trabajaba incansablemente en llevar la Palabra a los gentiles, su predicación nos trajo salvación porque fuimos partícipes de las buenas nuevas, ahora bien, él reconoce que debía sujetar la carne porque su temperamento era fuerte y debía doblegarlo.

Al igual que Pablo, que Jesucristo, nuestro Maestro, y los demás grandes hombre de la Palabra, debemos trabajar en lo que Dios nos ha asignado; de una manera u otra podemos ser instrumentos en las manos de Dios para llevar y compartir la Palabra, para ello debemos doblegar nuestra carne para servirle al Señor.

Sé que no es fácil, hay que pagar un precio y ese precio es despertarse temprano, buscar el rostro del Señor en oración, leer constante e incansablemente la Palabra, doblegar nuestro temperamento y ser hacedores de lo que nos dice la Palabra; muchas veces vamos a fallar pero el Señor nos ha prometido en Salmos 37:23-24 (DHH) “23 El Señor dirige los pasos del hombre y lo pone en el camino que a él le agrada; 24 aun cuando caiga, no quedará caído, porque el Señor lo tiene de la mano.” Oremos:

Amado Padre, Dios de amor y poder, sabemos que nos has hablado a través de tu Palabra, te pedimos que ella entre hasta lo más profundo de nuestro ser, que nos confronte y haga en nosotros aquello para lo cual la has enviado; ayúdanos, en el nombre de Jesucristo, para que podamos poner por obra cada uno de tus mandatos y así ser reconocidos como hijos de luz, amén.