Dos seres.Muestra

 Deseos de la carne.

Es fácil distinguir los deseos de la carne, todo ello trae placer a nuestros sentidos. Cuando andamos en la carne sentimos placer, deleite y deseo de hacer lo malo porque todo pecado es deleitoso para el cuerpo; no he conocido algún pecado que sea desagradable a los ojos y a la carne, siempre el deleite será la atracción del enemigo para tentar al ser humano.

Recordemos que la primer tentación sucedió con Eva; ella fue tentada por satanás para desobedecer al mandato de Dios, en Génesis 3:6 nos dice: “La mujer vio que el fruto del árbol era hermoso, y le dieron ganas de comerlo y de llegar a tener entendimiento. Así que cortó uno de los frutos y se lo comió. Luego le dio a su esposo, y él también comió.” Vemos como el placer entra por la vista, lo codiciable a la vista pasa al corazón al anhelar lo que no es bueno y luego de ello se cae en el pecado.

Así es, el primer ser que se encuentra en nosotros es la carne, ella desea lo malo, el deleite, el placer, ser igual a Dios; es obstinada, desobediente, egoísta y egocéntrica, sólo piensa en sí misma y no en los demás; la carne es lo más difícil de vencer porque estamos en ella y cada día somos bombardeados de seducción y atracción hacia lo malo. Ahora bien, si nos dejamos llevar por ella vamos a tener una recompensa, ese tema lo veremos mañana si el Padre así lo permite; te invito a orar conmigo:

Amado Padre, gracias porque nos amas con ese amor eterno en el cual, a pesar de  nuestra imperfección, diste a tu Hijo en pago por nosotros y cada día nos vas formando para ser más como tu Hijo; en el nombre de Jesucristo queremos pedirte que nos des la fuerza, el discernimiento y la voluntad de dejar todo aquello que no te agrada para ser perfeccionados cada día, amén.